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articulos de opinion

El gobierno de Rajoy está agotado

Artículo publicado en elplural.com
Enlace: http://www.elplural.com/2012/04/12/el-gobierno-de-rajoy-esta-agotado/

Es cierto que los gobiernos no tienen la culpa exclusiva de todo lo que está pasando en Europa y en España con esta maldita crisis. Sin embargo, el gobierno de Mariano Rajoy se está convirtiendo en una parte importante del problema español, esto incluso, contra el pronóstico de la derecha europea, que confiaba en él hace cuatro meses, y que ahora trata de quitárselo de encima.

Y es tan problemática esta situación porque todas y cada una de las iniciativas que está llevando a cabo este gobierno, perjudican real y directamente a los intereses de España como país, y a sus habitantes como ciudadanos.

Nadie puede negar que un gobierno está intencionadamente perjudicando a su país cuando recorta la inversión en educación y en investigación, ya que sobre estas dos cuestiones se basa la única posibilidad de tener futuro (en el mundo, o competimos con conocimiento o lo hacemos con mano de obra). Por tanto, tenemos dos explicaciones ante tal despropósito: o bien el gobierno de Rajoy es un gobierno traidor con los propios intereses del país, o es estúpidamente cortoplacista, ya que sólo mira al cuadre de cuentas a cuatro años vista, para poder aprobar raspando en las urnas, aún a costa de expropiarnos de nuestro futuro. Si esto no es delito, debería serlo.

Puede ser cierto, por otra parte, que si recortamos estas partidas podemos equilibrar nuestras finanzas en dos o tres años, pero ¿Cómo competiremos frente a chinos o americanos cuando seamos un país intelectual y científicamente atrasado? Pues sólo se puede hacer mediante mano de obra no cualificada, tomar el papel que tienen ahora los países explotados.

¿Qué hacer entonces para ir recortando el déficit y no perder competitividad? Pues muy sencillo: Saldar la deuda en más tiempo, lo que haría innecesarios tantos recortes, y por tanto, ni subiría tanto el paro ni perderíamos tanto poder adquisitivo como sociedad. Esto lo hace cualquier familia, sin necesidad de tener ministros ni asesores interesados que vengan de Lehman Brothers, como tiene Rajoy.

Pongámonos en la situación de una familia de cuatro personas en la que trabaja el padre y la madre y tienen una hipoteca. El padre se queda en paro, y con la letra del piso, ya no queda dinero para pagar las clases de inglés de los niños, el material escolar, ni tampoco las gafas graduadas, que son un pico a la vez que vitales.

La familia puede hacer dos cosas, o dejar a sus hijos sin futuro recortándoles sus perspectivas formativas y su salud, o bien negociar con el banco y acordar que la hipoteca se le pagará en 15 años en lugar de en 10. Es cierto que habrá que pagar más intereses, pero sus hijos no verán comprometido su porvenir, y la vida de la familia podrá seguir más o menos su curso normal.

Rajoy está haciendo con el país, lo que un mal padre o un estúpido haría con su familia. Y no sigo hablando de las demás tropelías de este gobierno, como el perdón a los defraudadores o los recortes en materia de inspección fiscal, para no acabar el día malhumorado, lo que no es bueno para conciliar el sueño.

Rajoy ya está acabado, y como no se vaya a su casa, la que podría estar acabada sería nuestra querida España.

Alfonso cortés González es vicedecano de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Málaga y profesor de Comunicación de las Instituciones Públicas.
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El sentido de una huelga

Artículo publicado en elplural.com
Enlace: http://www.elplural.com/2012/03/29/el-sentido-de-una-huelga/
Mi colaboración de hoy será muy breve porque no tengo mucho tiempo para escribir ya que tengo por delante una jornada de más de 16 horas de trabajo echando una mano en esta jornada de defensa de nuestros derechos legítimos como ciudadanos. Es lo menos que se puede hacer.

Es cierto que de una parte, en la sociedad contemporánea, debemos buscar nuevas formas de reivindicar los derechos de los trabajadores y mejorar nuestro nivel de bienestar, pero de ahí a criminalizar la huelga o decir que no sirve para nada hay un gran trecho. Quienes defienden tales posturas o son empresarios cuyos intereses son antagónicos a los de los trabajadores, o sencillamente, son currantes confundidos.

A pesar de ello, las huelgas a día de hoy siguen siendo útiles y siguen dando resultados. Si no fuera así, a las grandes empresas les importaría un bledo que se hiciese huelga o no (se ahorrarían el jornal del huelguista). Lo que pasa es que como son oportunas y útiles, desde los medios de comunicación de la derecha se criminalizan (incitando al asesinato de trabajadores, como ha hecho Jiménez Losantos, quien debería estar en la cárcel, por cierto) y se quieren presentar como un día libre que se toman ciertos trabajadores holgazanes.

Voy a terminar con un argumento muy sencillo dirigido a quienes siendo trabajadores, todavía piensan que la huelga es una tontería:

¿A que es lógico, aunque sólo sea por un día, no echar gasolina al coche en protesta por la subida del precio de los carburantes y así demostrar a las petroleras nuestra fuerza como consumidores? De igual modo, cuando dejamos de trabajar por un día y aun perdiendo el sueldo, demostramos nuestra importancia como trabajadores en el sistema productivo. Expresamos claramente que somos personas, que somos importantes y que tenemos derechos legítimos. Que no se nos puede romper el lomo de esta manera porque sin nuestro trabajo, ni el sistema se mueve, ni los beneficios empresariales se generarían.

¡Vivan los derechos y aspiraciones de la ciudadanía!

Alfonso Cortés González es vicedecano de la facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Málaga y profesor de Comunicación de las Instituciones Públicas
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Trío de ases

Artículo publicado en elplural.com
Enlace: http://www.elplural.com/2012/03/08/trio-de-ases/

Esta semana el PP ha ganado su hueco en la agenda mediática con tres perlas del despropósito político que son un trío de ases del juego sucio, la demagogia y la bajeza moral. Estas aberraciones a la inteligencia y al buen hacer político, que se les debe exigir a todos nuestros representantes, son las declaraciones de Montoro, de Arenas y de Gallardón.

El primero de ellos, ministro de Hacienda, con su peculiar forma de hablar, nos advierte que las empresas públicas son un nido de corruptelas, y que por tanto se va a favorecer su privatización. Claro, como si en la empresa privada no existiesen corruptelas (como las de Urdangarin), ni abusos de poder (como los de Díaz Ferrán con Marsans), ni enchufismo (en realidad estos mamoneos se dan mucho más en el sector privado por la sencilla razón de que tienen menos control, ya que cualquiera de nosotros podemos consultar las cuentas públicas al detalle, y no las del BBVA o las de Movistar, por poner dos ejemplos, aunque seamos buenos clientes). Lo que Montoro realmente ha querido decir, por tanto, es que las empresas públicas, que son de todos y están creadas para prestar servicios públicos y facilitar derechos, se van a vender a sus amiguitos, para que las corruptelas que ellos realmente quieren hacer, no puedan ser fiscalizadas ni conocidas por los ciudadanos. ¿Puede jugar más sucio un señor que tiene encomendada la noble tarea de ser ministro de España para defender los interesas del conjunto de de una sociedad?

En segundo lugar, Javier Arenas ha declarado esta semana que “se acabó el tiempo de los que llevan 30 años mandando”, en alusión al gobierno de la Junta de Andalucía (porque las comunidades eternamente gobernadas por el PP no cuentan en sus cuentas). Lo que a este tipo no le entra en su anacrónica cabeza es que en una Democracia no se manda, primero se han  de ganar unas elecciones limpias, y luego se debe gobernar (que no mandar), y ello consiste en consensuar y en pactar la actividad legislativa, integrando de la mejor manera posible los complejos, y muchas veces dispares, intereses de los distintos grupos que componen una sociedad. Esta visión autoritaria y dictatorial del poder que tiene Arenas es muy común en el PP, y cada vez que ganan elecciones, en lugar de ponerse a gobernar, se suben a su púlpito, se sacan la correa, y empiezan a mandar como vulgares cacicuchos rurales, supurando demagogia iletrada por cada uno de los enconados poros de sus cuerpos.

El tercer as del trío lo ha puesto sobre la mesa Gallardón, quien siendo ni más ni menos que ministro de Justicia, ha tenido la desvergüenza y la ofensiva osadía de afirmar que las mujeres se sienten obligadas a abortar por culpa de la actual ley del aborto. ¿Quién está siendo obligada a abortar? ¿Las monjitas salesianas o las comadres de misa diaria? ¿O quizás las queridas de ciertos jerarcas del clero que en sus tiempos iban a abortar a Londres, cuando todavía vivía Franco? Señor Gallardón, nadie aborta por gusto, y siempre es una decisión traumática y dolorosa. Señor Gallardón, una vez más ustedes demuestran que no entienden de Democracia y que confunden derechos con obligaciones (que es su único lenguaje, parece ser). Recuerdo aún cuando se legalizaron los matrimonios entre personas del mismo sexo, cuando muchos de vosotros dijisteis que eso era un atentado a la familia tradicional porque muchos padres heterosexuales se tendrían que casar con maricones. No sé si ustedes lo serán, pero sus argumentos son de auténticos capullos.

Cada uno de los siniestros personajes de esta terna ha sacado de su manga estos tres ases de la vileza política: el as de la demagogia, el as de la bajeza moral y el as del juego sucio. Trío de los ases peperos que esta semana, a pesar de haber ganado la mano informativa, espero no hagan historia y pronto caigan en el olvido. ¿Sería lícito y conveniente que ganasen la partida con estas cartas?

Alfonso Cortés González es vicedecano de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Málaga y profesor de Comunicación de las Instituciones Públicas.
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¿Para quién gobierna Rajoy?

Artículo publicado en elplural.com
Enlace: http://www.elplural.com/2012/02/23/%c2%bfpara-quien-gobierna-rajoy/

En teoría, el sistema político de la Democracia Representativa funciona más o menos bien, si la gente identifica sus propios intereses con los intereses y aspiraciones reales de los políticos a los que votan. El Partido Popular recibió en las pasadas elecciones del 20N algo más de 10’8 millones de votos, lo que supone el 44% del electorado que fue a votar.

A pesar de que el señor Rajoy lleva muy poquito tiempo en La Moncloa, ya podemos entender cuáles son sus maneras de gobernar, sus intereses y sus prioridades. En este sentido la actualidad es muy reveladora y nos abre múltiples interrogantes que hablan por sí solos:

1. La policía carga contra estudiantes menores de edad definiéndoles como el enemigo. Es gravísimo que las fuerzas de seguridad de un estado democrático consideren enemiga a su propia población civil (eso es característico de las más terribles dictaduras). Se trata evidentemente de una consigna política, no sé si desde el propio Ministerio del Interior, o desde la Delegación del Gobierno u otro ámbito. Paralelo a esto nos encontramos con el manido discurso (que no cuela) de la ultraderecha pepera de que se trataba de radicales. ¿Qué es ser radical? ¿La fuerza que aplica la policía no debe ser proporcional a la potencial amenaza? ¿Iban armados los estudiantes del Instituto Lluís Vives? ¿Por qué no actuaba así la policía con el anterior Gobierno? ¿Disuelve la policía las manifestaciones abertzales tal como han disuelto la protesta de nuestros hijos?

2. El Gobierno democrático (de iure) legisla a golpe de mayoría absoluta sin activar los mecanismos legales de representación de la sociedad civil en la actividad legislativa. La democracia no consiste en elegir Gobierno autoritario cada cuatro años, sino que independientemente del color del Gobierno, la sociedad civil y los distintos grupos interesados en las diferentes materias sobre las que legislar, puedan aportar su grano de arena, sus preocupaciones e intereses a quienes tienen la potestad de gobernar. ¿Cómo es posible que un Gobierno autodenominado democrático cambié los temarios de las oposiciones públicas sin contar con la opinión de opositores, profesores, academias privadas y editores de manuales? ¿Cómo es posible que se reforme el derecho laboral sin tener en cuenta la problemática de los trabajadores y de las pequeñas empresas?

3. “Rescatan al banquero mientras desahucian al obrero”. El Gobierno está muy sensibilizado con las cuentas y salud financiera de los banqueros y magnates, mientras que recorta sueldos y derechos de los trabajadores. ¿Por qué un gobierno llamado popular permite que cientos de familias se queden sin techo donde dormir cuando cae la noche? ¿No deberíamos como sociedad rescatar al obrero y hacer pagar el especulador banquero por sus excesos?

Una de dos: o no funciona bien la democracia porque la gente vota lo que no le conviene, o España no está tan mal como nos hacen creer ya que tendríamos, si revisamos los datos electorales, alrededor de 11 millones de portentosos banqueros, rentistas y grandes empresarios. Vamos, la primera potencia financiera y económica del Universo.

Alfonso Cortés González es vicedecano de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Málaga y profesor de Comunicación de las Instituciones Públicas.
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Las malas artes del PP en nuestra monarquía bananera

Artículo publicado en elplural.com
Enlace: http://www.elplural.com/2012/02/09/las-malas-artes-del-pp-en-nuestra-monarquia-bananera/

¿No se han fijado ustedes que hasta que el Gobierno actual del PP no publica en el BOE sus decisiones no sabemos nada del contenido de ellas? Eso significa que concienzuda y estratégicamente están obstruyendo la información pública sobre los asuntos que nos incumben a todos. Esto supone una grave merma en las reglas del juego democrático.

Si repasamos brevemente la acción de gobierno del gabinete de Rajoy hasta el momento, nos damos cuenta de que no hacen otra cosa que utilizar el poder que les ha sido otorgado democráticamente para pasarse la esencia de la Democracia por el sobaco.

Ser demócrata y creer en la democracia no significa sólo acceder al poder por medio de los votos, sino que hay que construir democracia día a día, explicando a los ciudadanos y medios de comunicación (a través de los cuales la ciudadanía accede mayoritariamente a la información política), cuáles son sus intenciones y planes de gobierno. Y esto está pensado así para que antes de que se publique oficialmente una ley o decreto en el BOE, la gente, los colectivos, las empresas y hasta mi vecino, el indolente del octavo, puedan tener la posibilidad de participar en la construcción de país, o por lo menos a opinar, y saber qué está pasando. Es decir, la democracia se hace día a día, no sólo con unas urnas de cristal cada cuatro años.

Sin embargo, lo que hace el PP es todo lo contrario. Por ejemplo, con el inquietante asunto de la Reforma Laboral salen todos los días en comparecencia pública, pero no dicen absolutamente nada, sólo hacen propaganda barata del tipo “vamos a hacer una reforma eficacísima contra todos los males”. Pero, ¿en qué consiste? Y ante tal pregunta ellos hacen mutis por el foro. Se retiran a sus aposentos y los vulgares mortales nos enteraremos de sus intenciones cuando  ya tengan el rango de ley. Una salvajada y un atropello a la ética política.

Esta manera de gobernar, no sólo quiebra las reglas del juego democrático en el cual las personas deben tener información de lo que ocurre, sino que es también una estrategia maquiavélica para desactivar a la necesaria oposición en un sistema parlamentario. Si los partidos de la oposición no tienen ningún tipo de información de lo que el Gobierno quiere hacer, no pueden discutir nada, no le pueden atacar o discrepar y por tanto ni siquiera pueden hacer sugerencias o plantear alternativas. Así, sólo nos queda comernos con patatas las decisiones, que muchas de ellas serán equivocadas por esta misma actitud soberbia y totalitaria, que a este santo gobierno le salga de las narices aplicar.

Y esto no sólo lo han hecho con la reforma laboral, sino con todo; absolutamente con todas las decisiones de gobierno desde que ganaron las elecciones: han suprimido las ayudas a las energía renovables por sus santos genitales; han cambiado los temarios de las oposiciones docentes y han fastidiado a miles de personas, por sus castos genitales; han cambiado el canon digital por dinero directo a la SGAE por sus inmaculados genitales;  y también, y por si fuera poco, han derribado la asignatura de educación para la ciudadanía por sus píos genitales.

En conclusión, creo que se puede afirmar, sin faltar un ápice a la verdad, que este Gobierno está haciendo mucho daño a la democracia. Los idiotas pensarán que lo único importante ahora es la economía, y que nos dejemos de democracias y demás leches, pero ¿qué será de la economía de cada uno de nosotros si los principios que rigen el país y el mundo no son democráticos?

Por si fuera poco, precisamente hoy se han cargado al juez Garzón. Es otro día triste, en el que este país se parece cada vez más a una monarquía bananera. Un reino de novela decimonónica donde hasta el yerno del rey se atreve a meter la mano en la cartera del plebeyo, al mismo tiempo que el juez que se ha atrevido a investigar a fondo la corrupción y el genocidio de Estado es condenado.

Mientras tanto, el  Gobierno de la nación gobierna tranquilamente con mano de hierro y palabra escondida. Bendito país el nuestro.

Alfonso Cortés González es vicedecano de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Málaga y profesor de Comunicación de las Instituciones Públicas
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El abogado de Urdangarín nos toma el pelo

Publicado en elplural.com
Enlace: http://www.elplural.com/2012/01/26/el-letrado-de-urdangarin-nos-toma-el-pelo/

El abogado que defiende al marido de la infanta Cristina en el ‘caso Palma Arena’, además de tomarnos el pelo, demuestra en su discurso algunos deslices y argumentos que por un lado son cretinos y por otro dictatoriales.

Lo primero que es inadmisible, por parte del señor Mario Pascual Vives (abogado de Urdangarin), es arremeter contra la prensa por informar del caso. Resulta que este señor ahora quiere imponer una censura y esconder a la opinión pública un caso de tan trascendente importancia. Y he aquí el tic reprobador y autoritario de este señor.

Los medios de comunicación, cuando cumplen su sana función social, no sólo es que tengan el derecho a informar sobre este tipo de casos, sino que están obligados a hacerlo ya que se trata de que una presunta evasión de impuestos, lo que significa, a brocha gorda, robar dinero público, y porque además la persona imputada está familiar e institucionalmente ligada a la jefatura del Estado. Si no es noticia este caso que nos incumbe a todos como país, ¿dónde se encuentra entonces la noticiabilidad de lo que ocurre cada día?

Lo segundo es que este señor alega para defender a Urdangarin que su cliente ya ha pagado muchos impuestos. Mire usted, señor abogado, no sé donde se ha sacado el título o si realmente nos toma por imbéciles, pero los impuestos que se pagan no se pueden calificar como muchos o pocos (eso es muy subjetivo), sino que se miden por el baremo de lo que cada cual ha de pagar en función de lo que ingresa. Puede ser que un millón de euros sean muchos impuestos, es cierto, pero si tocaba pagar tres millones, entonces faltan dos y es delito evadirlos.

Por último, yo creo que usted no sólo nos toma el pelo a los ciudadanos, sino que también se lo ha tomado al señor Urdangarin, quien pudiéndose pagar un buen abogado, le ha contratado a usted. Si por el contrario usted simplemente está siguiendo instrucciones de su cliente, el caso es más grave aún. En sentido político.

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Rosell y su circo de disparates

Artículo publicado en elplural.com
Enlace: http://www.elplural.com/tribuna-libre/rosell-y-su-circo-de-disparates/

Cuando Díaz Ferrán se fue por la puerta chica de la CEOE, pensé que dado que el empresariado en nuestro país se caracteriza por estar repleto de personalidades cultas, y por supuesto preocupadas por sus intereses particulares, la propia CEOE no volvería a caer en el error de nombrar un zote para que les represente y tire piedras en su propio tejado, minando gravemente el prestigio de las empresas españolas.

Parece que la patronal se ha convertido en un espectáculo, a modo de circo de los disparates, en el cual cada presidente tiene el cometido de superar al anterior en burradas, imprecisiones, clichés y mala leche.

Juan Rosell no tiene ni idea de cómo funciona la economía y ni el complejo engranaje social (eso es obvio a tenor de sus intervenciones), sino que además tiene los santos genitales de demostrarlo continuamente en sus apariciones públicas. En esta ocasión, en la que no puede menos que hacernos reír, plantea que para salir de esta situación habría que despedir a funcionarios.

Hasta un niño sin conocimiento de las oraciones subordinadas ni de la multiplicación con dos cifras, entendería que si el principal problema de un país es el paro, no se puede paliar tal asunto mandando a más trabajadores al desempleo. Es de cajón.

Además, dice que el sector público debe copiar algunas cosas del sector privado. Eso es cierto señor Rosell, pero hay que copiar bien, y eso significa copiar las cosas positivas y que funcionan, no copiar los despropósitos. De este modo, el sector privado debería proporcionar a los trabajadores estabilidad laboral y el sector público debería mejorar la productividad de sus empleados.

También, habría que recordar al señor Rosell que en una economía de mercado como la nuestra, el sector público y el privado no son primos hermanos porque se dedican a cosas distintas. El privado es la empresa, que proporciona bienes y servicios, y el sector público es el Estado, que se ocupa de facilitar el acceso a los derechos civiles y no compite, por tanto, con la empresa en vender bombillas o arreglar coches.

Me gustaría explicar al señor Rosell que de empresa tampoco tiene mucha idea. En tiempos de crisis quienes consumen y sustentan el músculo que le queda a una economía son quienes mantienen el empleo. Cuantas menos personas haya sin empleo, menos va a facturar mi empresa, ya que las empresas han dejado de vender productos porque sus compradores se han quedado sin trabajo. ¿Qué solucionaría entonces para los propios intereses empresariales que hubiese todavía menos posibles clientes en circulación?

Puestos a pedir despidos, y por el bien de todos, podríamos empezar a despedirnos de Rosell: ¡Hasta la próxima Juanito!

Alfonso Cortés

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Saber lo que se vota

Artículo publicado en elplural.com
Enlace: http://www.elplural.com/tribuna-libre/saber-lo-que-se-vota/

Desde el 20 de noviembre, periodistas y ciudadanos se preguntan qué es lo que va a hacer Rajoy cuando sea investido presidente. Esta incertidumbre no debería darse para nada en una democracia representativa, como es teóricamente la nuestra, ya que se supone que el juego consiste en que los distintos candidatos de los partidos presentan sus propuestas y programas con anterioridad, en la campaña, y que la gente vota esas líneas de actuación que están detalladas a priori.

Un problema grave de las democracias en esta etapa de la historia, es que mucha gente vota sólo por las siglas sin tener en cuenta el contenido político de sus programas. Se da el fenómeno de que muchos ciudadanos votan a un partido político como si de un equipo de fútbol o concursante cantor de reality show se tratase. ¿Es admirable que legitimemos al presidente de un país bajo el grito televisivo y freak de “tú sí que vales”?

El problema no es sólo la falta de cultura política entre parte de la población (en unos países más que en otros) sino también que los propios partidos políticos fomentan esta filiación superficial y marketiniana a sus siglas. Por ejemplo, CiU en esta última campaña electoral ha escondido su programa para no perder votos, lo que supone un atentado a la inteligencia y a la honestidad de un pueblo. Y si el pueblo vota por tanto a estos ilusionistas, pues entonces nos estamos retratando todos como sociedad, seamos políticos, electricistas o periodistas.

El juego consiste en que primero se explica que se va a hacer claramente y por tanto si se reciben la mayoría de los votos, se está perfectamente legitimado para hacer lo que se tenga que hacer aunque moleste a muchos. Del modo actual se obtienen los votos escondiendo lo que se va a hacer en lugar de explicarlo antes, que es lo lógico. Así, aunque se tengan millones de votos y la legitimidad legal para gobernar, falta esa Legitimidad (con mayúsculas), basada en la verdad, la transparencia y la honestidad del contrato político entre ciudadanía y representantes y de misma.

La democracia, por tanto, está siendo atacada severamente desde distintos frentes: desde el exterior con las primas de riesgo y la voracidad de los mercados, y desde el interior con las triquiñuelas de los partidos políticos. Y todo esto ante la impasividad de gran parte de la ciudadanía.

Por consiguiente y por honestidad política lo que debería hacer Rajoy de inmediato, aunque no nos guste, es trabajar por sus posturas políticas que sí conocemos, y por tanto debería comenzar su mandato atacando al Estatut, aboliendo la ley del aborto y del derecho al matrimonio de todos los ciudadanos (sin importar el sexo o el credo), desterrando de las escuelas la “educación para la ciudadanía” y volviendo a convertir los bares y restaurantes en fumaderos para perjuicio de ciudadanos asmáticos, con problemas de corazón y niños.

Una amiga me decía ayer: “Pero tío, déjale tiempo a Rajoy que aún no ha empezado”. Todos mis respetos para tu opción política y para el señor Rajoy, pero ¿entonces no sabes qué has votado? Qué pena ejercer el derecho al voto movido sólo por la emoción transitoria o por el odio.

Alfonso Cortés González es vicedecano de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Málaga y profesor de Comunicación de las Instituciones Públicas y de Comunicación y Sociedad

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¿es el fin de la democracia?

Artículo publicado en elplural.com
Enlace: http://www.elplural.com/tribuna-libre/%c2%bfes-el-fin-de-la-democracia/

Que la democracia se vaya al garete depende de muchos factores y de cómo reaccione la todavía ensimismada sociedad civil en toda Europa. Lo que es indudable es que estamos en un momento muy agudo, que presagia un cambio de ciclo importante, acompañado de nuevas formas de gestión del poder.

Dicen en los medios que vuelve la tecnocracia. Eso es falso, ya que la tecnocracia nunca se ha ido ¿o es que los ministerios no lo gestionan técnicos y especialistas (Cuerpo Superior de Administradores Civiles del Estado)? ¿O es que gran parte de los ministros actuales en todo el planeta no son personas de gran formación? La gran diferencia es que los técnicos ahora los están poniendo en los cargos esos oscuros poderes cada vez menos escondidos, sin contar con el voto de los ciudadanos. Lo que al mismo tiempo supone un atropello a la legalidad vigente.

No me gusta, y nunca me gustó Berlusconi, pero su acceso a la jefatura del gobierno italiano fue mucho más legítima que el actual nombramiento de Monti, por la sencilla razón de que a Berlusconi le votaron los ciudadanos para gobernar Italia (aunque otra cuestión es preguntarse por qué le votaron). El argumento, por tanto, que esgrimen los adalides de esta nueva dictadura de los mercados y las primas de riesgo (que ya se han cepillado numerosos gobiernos democráticos), que ahora es el tiempo de los técnicos y no de los políticos, no cuela. Lo que se debería decir, sin eufemismos y abiertamente, es que ahora es el tiempo de “sus” técnicos y no de “nuestros” técnicos, es decir, el tiempo de los técnicos que coloca a dedo el poder de cuatro megamillonarios para servir a sus intereses particulares, por encima de los técnicos que colocan con su voto el 100% de los ciudadanos para servir a la sociedad.

Siguiendo este plan de propaganda del nuevo régimen, se canta a los cuatro vientos que el nuevo gobierno de Italia está formado por diplomáticos y profesores de universidad fundamentalmente. Pues como siempre. Siempre en los gobiernos y parlamentos ha habido gran número de profesores universitarios, diplomáticos y otros especialistas en sociedad. La única pero lamentable diferencia, insisto, es que quien nombra a esas personas para llevar las riendas de un país ya no es el pueblo, sino que son las cuatro grandes agencias de poder que hacen subir y bajar las primas de riesgo.

Lo triste es que parece que esta batalla entre democracia y dictadura financiero-mercantil la está ganando los intereses de la minoría ya que el grueso de la sociedad civil permanece entre impasible y temerosa en sus casas, sin saber realmente que es lo qué está pasando en nuestras sociedades. Este podría ser el principio del fin de la Política (de lo poco con mayúscula que queda de la política en Europa), y por tanto no estoy diciendo que vayan a cambiar mucho las cosas a partir de ahora, sino que ya vienen cambiando desde hace algún tiempo.

Esta crisis va a desembocar en un modelo político y de gestión de la autoridad y el poder muy distinto y diferente a los que hemos tenido anteriormente en la historia. Por tanto, para analizar este período hay que emplear nuevas herramientas de interpretación de los acontecimientos porque lo que se avecina, sea para bien o para mal, no es asimilable a ninguno de los regímenes políticos y económicos anteriores.

Esta encrucijada, por tanto, tiene dos posibles y obvias salidas: o bien sirve de revulsivo para que la sociedad civil tome conciencia pronto, se movilice y por tanto se regenere el sistema hacia un nuevo modelo de democracia participativa, o bien se sigua profundizando en esta “revolución sin pepinazos ni bayonetas” iniciada por los poderes financieros ante la falta de acción política unitaria en Europa. No volverá el fascismo, ni el colonialismo en su tradición formal, pero sí se está andando el camino hacia un régimen político donde la voz del pueblo vuelva a no ser tenida en cuenta.

Esto lo venimos advirtiendo y detectando mucha gente desde hace algunos años, y sin embargo el PP (que se autoproclama como el partido de los más capaces, de los más formados y de los más listos) es ahora cuando se empieza a dar cuenta de que la crisis es europea y que se escapa de las fronteras peninsulares.

¿Ahora se dan cuenta? ¿A pocos días de las elecciones?

¿Ahora se da cuenta Rajoy de que esta crisis no deriva directamente de la gestión del Gobierno?

¿Es lo más conveniente para nuestro país, en esta encrucijada, dar el gobierno a un señor que ahora es cuando empieza a darse cuenta de qué va el asunto?

Ojalá nos salgan bien las cosas. Mucha suerte a España y mucha suerte a Europa.

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La cara de los diputados en alta definición

Artículo publicado en elplural.com
Enlace: http://www.elplural.com/tribuna-libre/la-cara-de-los-diputados-en-alta-definicion/

La Mesa de la Diputación Permanente del Congreso de los Diputados ha aceptado hoy por unanimidad que sus señorías, en la próxima legislatura, dispongan de un iPad, de un iPhone 4 y de una línea de ADSL en sus casas. En principio, esto es totalmente habitual, ya que estos dispositivos son herramientas básicas de trabajo de casi cualquier persona hoy en día.

Sin embargo, uno se indigna cuando se detiene en la cuestión, y entiende que el problema de fondo no es el millón de euros que cuesta el juguete, sino las prestaciones de esta herramienta que solicitan. Resulta que los diputados y diputadas han aprobado por unanimidad que los requisitos mínimos que necesitan sus móviles son, entre muchísimos otros, la grabación en formato HD (es muy práctico que Rajoy pueda registrar en un video los pelillos de la coronilla de Duran i Lleida, y que Rosa Díez pueda hacer un montaje audiovisual sobre los poros de la nariz de José Blanco).

Además, indican por escrito que la calidad audiovisual debe ser de 30 fotogramas por segundo con sonido y con enfoque por toque, tanto en imagen fija como en movimiento. ¿Son sus señorías diputados en un parlamento o los responsables del foto finish en una pista de atletismo?

Igual puede ser que estas buenas gentes, inquilinos en la Carrera de San Jerónimo, sólo quieren esta cámara para dejar testimonio de la dura cara que tienen. Sin embargo, no hace falta documento gráfico al respecto. Con esta decisión de hoy, han quedado fielmente retratados.

¿No hay ni un solo diputado de los que nos representan que haya tenido ese mínimo de dignidad y ética para denunciar públicamente esta decisión?

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