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octubre 16th, 2009:

Con la comida no se juega

Artículo publicado en elplural.com
Para leerlo pinche aqui.

La Comisión Nacional de la Competencia acaba de multar con 1,3 millones de euros al sector de la alimentación en nuestro país por el aumento injustificado de los precios en 2007 (es la tercera multa en lo que va de año). Generalmente este tipo de prácticas inmorales y depredadoras resultan impunes, por eso creo que es conveniente tratar este tema y tomar conciencia de estos abusos.

Esta serie de multas comenzó a principios de este mismo mes con una sanción de 100.000 euros a la interprofesional de los productores de huevos. El expediente encontró su secuela en otra boleta al sector de los pollos y el pan, para desembocar en esta última multa millonaria para Federación Española de Industrias de la Alimentación y Bebidas (FIAB).

Uno de los más graves problemas del capitalismo es que cualquier servicio, e incluso derecho civil, es susceptible de ser objeto de mercadeo, es decir, que se puede hacer dinero, y mucho, con ello. Y esto no es una afirmación vacua o demagógica ya que existen personas que se hacen ricas a costa de la salud (y la salud es un derecho fundamental), otras que se montan en el dólar proporcionándonos un techo (otro derecho, en este caso a una vivienda), otras con la educación de nuestros hijos, y otras que se lucran excesivamente por culpa de nuestro vicio burgués de comer tres veces al día. Y sólo por poner cuatro ejemplos, mientras al mismo tiempo millones de personas se mueren de hambre por culpa de estos mismos negocios.

Lo de especular con el hambre de las personas es terrible, y más terrible todavía cuando los estómagos de los afectados se encuentran en países de Asia, África o América Latina. Las multinacionales han especulado y lo siguen haciendo con el bien más preciado de los más pobres: la comida. No debemos olvidarnos, por cierto, de cómo se ha venido jugando en la bolsa con alimentos básicos como el maíz, la soja o el arroz, lo que deja a miles de familias en ayunas porque ya no pueden llevarse un pedazo de pan a la boca. Los bancos, partícipes de primera mano en casi todos los fregados, como entidades financiadoras o incluso comercializadoras, ofrecían (y siguen haciéndolo) fondos de inversión en los que se especula con estos alimentos, lo que repercute en que los pobres deben pagar más y más por su comida.

Los factores en juego son muchos, y podemos nombrar algunos como el propio principio de libre mercado, los subsidios a la producción agrícola en los países ricos, los fondos de inversión o la especulación con el biodiesel. El caso es que en 2007, hablando de realidades, los países pobres se tuvieron que gastar más de 38.000 millones de dólares en la compra de cereales, el doble que el año anterior. ¿Puede usted aguantar una subida del 100% en el precio de su alimento?

Ante estos abusos de poder y egoísmo exacerbado debemos rebelarnos, exigir que se legisle al respecto, no contratar este tipo de fondos de inversión, denunciar estas situaciones, y aplaudir cuando se toman estas medidas sancionadoras. Da igual que estemos en Chilón, Ulán Bator o Pamplona que con la comida no se debe jugar.

Alfonso Cortés González, profesor de Comunicación Política y Publicidad en la Universidad de Málaga

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