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marzo 25th, 2011:

piso por deuda

Artículo publicado en elplural.com
Enlace: http://www.elplural.com/opinion/detail.php?id=56994

Esta semana vuelve a ponerse sobre la mesa la propuesta de reformar la Ley Hipotecaria española, para que en caso de que una persona no pueda pagar la hipoteca, la entrega de su vivienda al banco salde su deuda (incluso en muchas ocasiones la deuda es mucho menor que el valor del inmueble, para ponerle más bemoles). Y esto de piso por deuda, no sólo es justo y de lógica, sino que además goza de la aprobación mayoritaria de la opinión pública.

El poder político en tanto es la representación institucional de la ciudadanía, de la sociedad en su conjunto, debe atender a los intereses y necesidades de la mayor parte de la población, y no sólo (o sobre todo) de los intereses de los grupos de poder (que también son legítimos, pero no los únicos). Esto de mirar demasiado hacia los poderes fácticos, lo suelen hacer los gobiernos consolidados en el poder con el temor de no perder el equilibrio complejo que significa gobernar un país con la multiplicidad de intereses sociales que pueden ser superpuestos, convergentes o divergentes.

En muchas ocasiones los gobiernos pierden este equilibrio y caen al vacío debido a su cautela frente a los poderes fácticos, lo que provoca un distanciamiento con los ciudadanos que dejan de apoyar tal acción gobierno. Si un gobierno quiere mantener su equilibrio no debe dejar de atender al sentir mayoritario.

La política cuando es política de verdad consiste en la transformación de la sociedad, en cambiar sus leyes para tratar de hacerlas mejores, más justas y que reduzcan el sufrimiento que produce la violencia cultural y estructural (la pobreza, la marginación, el machismo son ejemplos de violencia cultural y estructural).

Soy consciente de que no es fácil, y que la dación (saldar la deuda con el banco entregando la vivienda hipotecada) probablemente cambiaría parte de las reglas del juego (quizás las hipotecas serían más caras y más difíciles de conseguir) desfavoreciendo la compra de viviendas, y favoreciendo un nuevo modelo basado en el alquiler.

Obvio es que cambiar las cosas no es tarea fácil. Pero que algo no sea fácil no es excusa válida para ningún gobierno, sea del color político que sea, y menos si es de izquierdas. Los asuntos políticos nunca son sencillos de solventar, pero es obligación de la política hacer posible lo que es justo aunque sea muy complicado desarrollarlo. Si desde la política no se toman estas iniciativas, la política y la gestión empresarial pasas a ser simplemente dos caras de la misma moneda.

Al igual que se tuvo la valentía y el coraje político de retirar tropas de Irak, con lo complicado que fue y la cantidad de frentes que se tuvieron que tapar, se podría y se debería indagar en la reforma de la ley hipotecaria. Ingredientes básicos para hacerlo son dos: voluntad política y sensibilidad social.

En mi opinión, este es una de los pocos cartuchos que le quedan al Gobierno para recuperar el pulso político.

Alfonso Cortés González es profesor de Comunicación y Sociedad en la Universidad de Málaga

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