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Los cojones del cretino

articulo publicado en elplural.com
Enlace: http://www.elplural.com/opinion/detail.php?id=55626

Esta semana es noticia que un tipo de mi pueblo, propietario de un asador (al que no recomiendo ir por los malos humos que se respiran en el local), hace ostentación de pasarse la Ley Antitabaco por el forro. La actitud de este señor no es comprensible, y en mi opinión sólo caben dos explicaciones: o este señor está loco, o está apoyándole un grupo (político o económico) potente, que utiliza su caso como estrategia de presión política. ¿Se le ocurren otras explicaciones, teniendo en cuenta que la broma ya le puede costar 145.000 euros de multa y el cierre temporal de su negocio? A mí no.

Sin embargo, hay que mirar este asunto por encima de lo anecdótico y localista. En mi opinión, esta noticia representa una actitud política antidemocrática (porque fomenta la insumisión ante las leyes legítimas aprobadas en parlamentos), que desgraciadamente se está extendiendo en parte de la sociedad española, fomentada por ciertos políticos de la derecha.

Parece que hay que recordar a la gente que, en la vida en sociedad, o bien acatamos (aunque no nos gusten) las leyes que se aprueban legítimamente, y revertirlas (si no nos parecen adecuadas) por procedimientos democráticos e institucionales, u optamos por un sistema legislador de fuerza bruta, en el que los grupos sociales y políticos se enfrentan violentamente (y con sangre) para ver quién la tiene más grande y legislar a gusto. Eso sí, con la mitad del país oprimido. Y estas son las alternativas, sinceramente.

Donde realmente quiero llegar, es que me parecen muy graves muchas de las declaraciones y actitudes políticas del PP. No tengo pruebas, ni digo que el PP esté detrás del señor del asador, que quede claro, sino que nos topamos con demasiadas actuaciones y declaraciones (propias de la ultraderecha) del principal partido de la oposición, que pueden servir de ejemplo a extremistas o lunáticos imprudentes, como el caso del ya famoso hostelero marbellí, que pueden pensar «si esto que hago yo es lo que hace Aznar o Aguirre frente a las medidas sociatas, será que ese es el camino…»

Y a los datos me remito: Aznar en un acto público declara que la prohibición de conducir borracho es una tontería, y que nadie le tiene que decir a él cuántas copas de vino tiene que beber. Esperanza Aguirre en numerosas ocasiones ha dejado entrever que la ley la aplicará su comunidad como le venga a ella en gana, y en Valencia, los populares montaron un espectáculo anglosajón con la Educación para la Ciudadanía. Casos como estos sirven de ejemplo, no sólo a esta argumentación, sino también al comportamiento político de muchas personas que se sienten identificadas con las siglas de la gaviota.

Como vemos, estos líderes del PP hicieron en su día (y hacen) lo mismo que el propietario del asador ha hecho ahora: de su capa un sayo. Para velar por el cumplimiento de la ley está la Justicia, pero ¿Cómo hacemos los demócratas de siempre para que estas personas (demócratas conversos) entiendan el significado y funcionamiento de la democracia y la convivencia? Y digo esto porque está claro que si no queremos mandar el país a la mierda, la pedagogía política la tendrán (y tendremos) que hacer otros que no sean Aznar, Aguirre o el del asador.

Desgraciadamente vemos que hay cosas que persisten, y que seguimos teniendo en España una corriente de pensamiento político cretino, con muchos cojones y poca cabeza. Espero que ninguna persona de estas vuelva a hospedarse en La Moncloa. En nuestro voto está.

Alfonso Cortés González es profesor de Comunicación y Sociedad en la Universidad de Málaga

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