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Privatización de la Lotería

Artículo publicado en elplural.com
Enlace: http://www.elplural.com/opinion/detail.php?id=53412

La operación de privatizar las Loterías y Apuestas del Estado (LAE) debe ser debatida y tratada detenidamente con gran honestidad y amplitud de miras, teniendo siempre en cuenta el beneficio social. Hay que evitar que esta venta sea, como explica muy gráficamente el célebre refrán de nuestra cultura popular: pan para hoy y hambre para mañana.

Cuando escuché la noticia, lo primero que pensé fue: ¿por qué el Estado quiere vender una de las empresas más rentables que tenemos los españoles? Entendemos que el Estado es una institución que teóricamente nos representa a todos y que trabaja para la consolidación del bien común. La lotería es un negocio muy limpio y rentable que reporta millones de euros al año al Estado, y dicho montante (una vez deducida la parte para la ONLAE) se destina a educación, a sanidad, a transportes, a políticas activas de empleo, es decir, a todo lo que requiere financiación pública.

De este modo, parece tan descabellado vender las LAE (o parte de ella, pero abriendo por tanto la veda en este sentido), como que una familia vendiese un paquete de acciones en una empresa, que le da buenos dividendos al año, para pagar la pintura con la que se taparán las manchas de humedad, que han provocado las repentinas lluvias de esta semana.

Lo que tenemos que tener clarísimo como país (al igual que lo hacemos en nuestras casas), es que no debemos perder ni un solo euro al año de beneficios derivados del juego. Porque aunque ahora necesitemos ese bote de pintura (léase reducir el déficit), mañana volverá a hacer sol y nos habremos olvidado de la mancha de humedad, y los beneficios de las acciones que vendimos (léase de la lotería) serían muy útiles para pagar el coche o el dentista del niño (léase los servicios públicos).

Otro asunto es una vez privatizadas las LAE, los impuestos sobre los premios, y el IVA sobre el precio de las apuestas, nos diese al país mayores beneficios económicos que siendo una empresa pública. Pero ojo, mientras que en un sistema privado de loterías, el beneficio para la sociedad se sustenta en los impuestos (los cuales a largo plazo se podrían incluso perder, como ha ocurrido con el de sucesiones o patrimonio), en un sistema público de loterías siempre estaríamos asegurando unos ingresos estables.

Por tanto, el Gobierno debe exponernos honesta y detalladamente su plan, e independientemente del beneficio inmediato para las arcas del Estado que reportaría la venta de las LAE, debe demostrar y asegurar que ganaremos más todos con esta operación. Si esto no es verídicamente demostrable, es mejor no tocar las LAE.

Por favor señores del Gobierno, muestren las cuentas claras de esta operación, no vaya a ser que a quien le toque realmente la lotería sea al empresario que se haga con el negocio de la Primitiva, las Quinielas y el sorteo de Navidad, porque empresa más rentable, fácil e intemporal que esta, no hay ninguna.

Alfonso Cortés González es profesor de Comunicación y Sociedad en la Universidad de Málaga

www.alfonsocortes.com

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