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corrupcion

Bárcenas: el enemigo dentro

Artículo publicado en el plural el 28/02/2013
Enlace: http://www.elplural.com/2013/02/28/barcenas-el-enemigo-dentro/

A mis estudiantes, cuando les hablo de estrategias de comunicación política, empiezo contándoles que el peor enemigo de un político está en su propio partido, y que el mayor daño que se le puede hacer a una institución es desde dentro. Ante esta afirmación, el lunes me comentaron que eso era una excentricidad por mí parte, y que el mayor enemigo de Rajoy era evidentemente Rubalcaba.

No pretendo dar aquí ninguna clase y seguir hablando de filtraciones, de que las puñaladas sólo son certeras a corta distancia, o del hedor a alcantarilla de los entramados de poder. Si acaso he mencionado aquí a mis estudiantes, es para hacer público, de algún modo, mi afecto por ser quienes dan sentido a la faceta profesional que más me motiva.

Dejando lo sentimental y volviendo al tema que nos ocupa, podemos ver cómo el señor Bárcenas (cualquiera es señor protocolariamente, no me malinterpreten) le está haciendo mucho más daño al Partido Popular que las palabras de Rubalcaba y del resto de la oposición juntas. Esto es así porque los de adentro saben mucho mejor que los de fuera las cantidades ingentes de mierda que puede haber intramuros de una organización, y conocen movimientos que desde el otro lado de la puerta de Génova 13 ni nos imaginamos.

Dicho esto, se abre el debate sobre si es justo o no recibir por parte de un político semejante cañonazo a la línea de flotación de su Gobierno. En la historia nos encontramos casos de todos los colores y sabores, justos e injustos, pero en este caso, creo que Rajoy y su equipo están recibiendo un castigo merecido.

Y es la venganza de Bárcenas merecida porque ha sido el propio Rajoy quien ha mantenido, mimado y cobijado a este tiburón bajo su manta, además no ha sido capaz de cortar por lo sano y personarse como acusación (que es lo mínimo que puede hacer un político que se considere honrado), y es el propio PP quien cada día aporta una nueva contradicción y escusa delirante sobre el caso Bárcenas.

Le voy a dar un consejo médico señor Rajoy (y sé, aunque no sea mi intención, que le va a gustar a nuestra amiga Esperanza): cuando un paciente tiene una hemorragia grave, lo primero que hay que hacer es cortarla;  luego ya veremos. Usted, sin embargo, está en su inconfundible “antes de nada, ya veremos”. Si quiere no verse desangrado por el suelo del ruedo político, y cumplir con su deber de frenar el descrédito de las instituciones españolas, le recomiendo casa y reposo. Dimita señor Rajoy

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La corrupción que nos destroza

Artículo publicado en elplural.com
Enlace: http://www.elplural.com/2013/01/25/la-corrupcion-que-nos-destroza/

Soy consciente de que es muy posible que mi artículo de hoy guste a muy poca gente, porque a tenor de lo que escucho en la calle, no participa exactamente de la corriente de opinión mayoritaria, que últimamente afirma que todos los políticos son iguales. No soy, ni mucho menos un masoquista, ni me gusta llevar la contraria por naturaleza. Sin embargo, considero que el periodismo de opinión no debe sesgarse por las opiniones de un momento específico, y debe por el contrario, exponer ideas (quizás a contracorriente), para propiciar el debate, la reflexión compartida y el análisis de la sociedad.

Hay una cuestión de partida clara, y es que toda la corrupción nos destroza la confianza en nosotros mismos como sociedad. No obstante, lo que no veo nada claro es que todos los políticos sean igual de corruptos.  Si todos fuesen idénticos, al ser los políticos aquellos ciudadanos que han dado un paso al frente para dedicarse a la gestión de lo público, y salen por tanto de la propia base social, significaría que todas las personas somos corruptas por naturaleza.

Y no todos somos igual de corruptibles, ni mucho menos. Hay tenderos que trucan el peso y otros que no lo hacen. Y si los tenderos de nuestro barrio lo hacen, no significa que todos los tenderos de España lo hagan, simplemente significa que en nuestro barrio les permitimos que sean así porque les seguimos comprando. Por tanto, lo que tendríamos que hacer como ciudadanos responsables, y no cómplices, es denunciarlos y no comprarles. En el caso de los políticos, pues no votarles, porque ya está bien de rasgarse las vestiduras al mismo tiempo que esta sociedad idiota sigue revalidando las mayorías políticas de esta panda de sinvergüenzas.

Por otro lado, este tipo de corrientes de opinión (de todos son iguales, no hay nada que hacer) suelen aparecer simultáneamente con los casos de corrupción del PP. Lo que no es serio es afirmar que cuando aparecen casos de corrupción en el PSOE, la opinión mayoritaria sea “sociatas ladrones” y cuando es el PP el corrupto se diga “todos son iguales”. Esto denota bastante inconsistencia intelectual, ya que lo que debemos cortar de raíz es la corrupción y los abusos del poder.

Y no quiero entrar en qué corrupción es más asquerosa, porque todas me dan ganas de vomitar, independientemente de su cuantía monetaria, y me impiden votar a listas donde se encuentren corruptos.

Lo que sí quiero decir, aunque me tomen a mal, es que tenemos también muy buenos políticos en nuestro país. Honestos y que no roban. Eso sí, quizás bastante cobardes. Más cobardes de lo que piensan y muchísimo más baratos de lo que afirman. Como nosotros mismos.

Alfonso Cortés González es vicedecano de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Málaga y profesor de Comunicación de las Instituciones Públicas.

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El abogado de Urdangarín nos toma el pelo

Publicado en elplural.com
Enlace: http://www.elplural.com/2012/01/26/el-letrado-de-urdangarin-nos-toma-el-pelo/

El abogado que defiende al marido de la infanta Cristina en el ‘caso Palma Arena’, además de tomarnos el pelo, demuestra en su discurso algunos deslices y argumentos que por un lado son cretinos y por otro dictatoriales.

Lo primero que es inadmisible, por parte del señor Mario Pascual Vives (abogado de Urdangarin), es arremeter contra la prensa por informar del caso. Resulta que este señor ahora quiere imponer una censura y esconder a la opinión pública un caso de tan trascendente importancia. Y he aquí el tic reprobador y autoritario de este señor.

Los medios de comunicación, cuando cumplen su sana función social, no sólo es que tengan el derecho a informar sobre este tipo de casos, sino que están obligados a hacerlo ya que se trata de que una presunta evasión de impuestos, lo que significa, a brocha gorda, robar dinero público, y porque además la persona imputada está familiar e institucionalmente ligada a la jefatura del Estado. Si no es noticia este caso que nos incumbe a todos como país, ¿dónde se encuentra entonces la noticiabilidad de lo que ocurre cada día?

Lo segundo es que este señor alega para defender a Urdangarin que su cliente ya ha pagado muchos impuestos. Mire usted, señor abogado, no sé donde se ha sacado el título o si realmente nos toma por imbéciles, pero los impuestos que se pagan no se pueden calificar como muchos o pocos (eso es muy subjetivo), sino que se miden por el baremo de lo que cada cual ha de pagar en función de lo que ingresa. Puede ser que un millón de euros sean muchos impuestos, es cierto, pero si tocaba pagar tres millones, entonces faltan dos y es delito evadirlos.

Por último, yo creo que usted no sólo nos toma el pelo a los ciudadanos, sino que también se lo ha tomado al señor Urdangarin, quien pudiéndose pagar un buen abogado, le ha contratado a usted. Si por el contrario usted simplemente está siguiendo instrucciones de su cliente, el caso es más grave aún. En sentido político.

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Rajoy fomenta la corrupción

Artículo publicado en elplural.com
Enlace: http://www.elplural.com/opinion/detail.php?id=48457

No se puede decir que Rajoy sea un corrupto porque no ha sido condenado por ello, y ni siquiera ha sido imputado como lo han sido centenares de sus amiguitos de partido. Y tampoco es esa mi intención. Lo que sí que se puede afirmar con rotundidad es que la actitud de Rajoy favorece y protege la corrupción y el comportamiento detestable de los corruptos de su partido, que ven como su líder se pone del lado oscuro, en lugar de estar del lado de la ley.

Un líder de verdad, un aspirante serio a la presidencia del país debe dar ejemplo y ejercer su autoridad para que se cumpla la ley y para que la ética esté por encima de los intereses bastardos y podridos de ciertos delincuentes con corbata metidos en política, aunque jueguen en su propio equipo. Si Rajoy favorece este laissez-faire estando en la oposición, imaginemos si alguna vez llegase a La Moncloa: el desparrame y la berlusconización de España sería irreversible. Ya sabemos, lección que nos ha dado el estudio de la historia de la política, es que los líderes incapaces fortalecen su posición permitiendo que sus subordinados y colaboradores roben a manos llenas.

Ha quedado de manifiesto que Rajoy es incapaz de ejercer el liderazgo en su propia casa, por tanto, invito a los militantes del PP a que empiecen a buscarse otro presidente, ya que con este señor con barba tienen muy crudo ganar las elecciones, y si las ganase, lo tendríamos muy crudo todos los españoles.

Y como ven, señores, no hace falta hablar ni de Ripoll, ni de Camps, ni de Martín Serón porque la corrupción se ha convertido desgraciadamente en el padrenuestro de cada día del Partido Popular, y por tanto, es inmoral y sangrante el argumento pepero de que existe una conspiración contra ellos. Lo ilegal no es que la policía detenga a políticos corruptos, señor Rajoy, lo ilegal es lo que hacen sus compañeros de partido.

Alfonso Cortés González es profesor de Comunicación Política en la Universidad de Málaga

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Y además caen palos en El Cabanyal

Artículo publicado el 9 de abril de 2010 en elplural.com
Enlace: http://www.elplural.com/opinion/detail.php?id=45170

Desgraciadamente esta semana está cargada de noticias desoladoras, como los gravísimos casos de corrupción del Partido Popular por un lado y por otro que finalmente hayan conseguido, los herederos políticos del fascismo español, sentar a Garzón en el banquillo por tratar de hacer justicia y esclarecer el genocidio cometido por nuestra última dictadura. La corrupción mina el sistema desde dentro, y el caso Garzón mina la confianza y unión sentimental de las personas con la democracia. ¿Qué se les puede decir a los miles de familias, de los más de 100000 desaparecidos, que aún no han podido siquiera identificar a sus familiares? Ciertamente, no encontramos una respuesta coherente a esta pregunta.

Sin embargo, me gustaría poner voz a lo que está ocurriendo paralelamente en El Cabanyal, porque, evidentemente por razones de agenda-setting, está quedando en un segundo plano. Esta mañana, sin ir más lejos, hemos vivido momentos de tensos enfrentamientos de la policía contra la población civil, que se han saldado con dos detenidos y varios heridos.

Hay quien pueda decir que los manifestantes han provocado la brutal carga con comportamientos violentos. Pero que esto pueda haber sido así, no justifica una carga policial de esta dimensiones (hemos visto todos las imágenes en televisión de porrazos contra ciudadanos quietos). La Policía está especialmente entrenada para estas situaciones, y sabe cómo actuar directamente, y sin abuso de la fuerza, contra la persona violenta en cuestión.

Se me puso la carne de gallina cuando vi a la Policía de la España democrática arremeter contra la voz del pueblo, contra personas que tienen derecho constitucional a manifestarse. De este hecho derivan dos cuestiones sumamente importantes desde el punto de vista político: 1. Uso desproporcionado de la fuerza y violación de los derechos de muchos ciudadanos que han sido agredidos mientras estaban sentados, y por tanto sin mostrar violencia, y 2. Deslegitimación de la autoridad, ya que es de manual de primer curso de Ciencias Políticas, la cuestión de que el poder político pierde legitimidad cuando debe hacer uso de la violencia para hacer cumplir sus decisiones.

A pesar de que pueda haber algún elemento violento (no lo sé porque no he estado presente en la protesta, pero concediendo incluso que haya podido ser así) la derecha no debe empañarnos el cristal y tratar de ponernos una imagen distorsionada sobre este asunto delante de los ojos.

Hay que decir bien alto que lo que está ocurriendo en El Cabanyal es un atropello y una vulneración brutal del propio derecho a la propiedad de los ciudadanos. Lo que realmente está en juego son los sucios negocios inmobiliarios y urbanísticos de empresarios y políticos de corte gürteliano, que para forrarse atacan y roban a los pobres.

Y no es demagogia, porque independientemente del debate sobre la legalidad de la actuación urbanística del Ayuntamiento de Valencia (PP), queda claro que lo están desarrollando de forma deshonesta con sus ciudadanos (también electores), porque les quieren obligar a abandonar sus casas con un dinero en el bolsillo que no les llegaría para comprarse otra igual.

Aquí se debería acudir a la Justicia (espero que no sea aquella amiguita del alma del Presidente Camps), porque lo que no se puede hacer es robarle a las personas sus casas (sea completa o parcialmente) y encima darles de hostias porque protestan contra una decisión evidentemente injusta para ellos. En este caso nos encontraríamos no con un hurto limpio o de guante blanco, sino un gran atraco a mano armada.

Alfonso Cortés González es profesor de la Universidad de Málaga

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La Conferencia Episcopal los cría y ellos se juntan: El histórico triángulo

Artículo publicado en elplural.com
enlace: http://www.elplural.com/opinion/detail.php?id=43792

Los obispos, en un país como España, que tiene (prácticamente) firmada la exclusividad de la enseñanza privada con la Iglesia Católica, no sólo educan a los cachorros de la derecha más reaccionaria, sino que muchos de los demás, por estas circunstancias históricas y sociológicas, hemos tenido que soportar una educación primaria vigilada por la moral vaticana. Sin embargo, son los representantes de la eterna España negra e intransigente, de Torquemadas, Fernandos VII y Millanes Astray, los que siguen en buena sintonía en su etapa adulta, aunque eso les lleve también a contradicciones. Debe ser, como dicen algunas hipótesis de estudios recientes sobre genética en EEUU, que la mala leche va también en los genes y no sólo en lo que nos cuentan en el colegio y en casa.

Observamos en este sentido cómo los obispos encuentran en el Grupo Parlamentario Popular (donde los hay no católicos también) el perfecto aliado político (tanto que el PP podría catalogarse como partido católico, del mismo modo que existen partidos islámicos), y el PP por su parte encuentra en chanchulleros y corruptos bronceados o con gafas de sol (generalmente de municipios costeros, aunque no sólo), cabezas de lista electorales y buenos socios de gobierno y de fontanería de intereses. Como es el caso, por poner un ejemplo, del pacto que están tramando el PP y Unión Mallorquina para ejercer el poder en Baleares.

Los obispos, cierran este ménage a trois del triángulo, llevándose estupendamente bien tanto con los de Rajoy y Camps, como con los trepas indeseables y sin ideología (que al mismo tiempo que frecuentan lupanares llevan a sus hijos a colegios del opus, y en lugar de la otra mejilla te pisan la yugular). Pero eso sí, a la Conferencia Episcopal no le preocupa ni la moral cristiana, ni la bondad, ni la integridad y la autenticidad de las personas buenas, simplemente les importa la fachada, y medrar en un país que ya no es su cortijo de fiestas de guardar y patrón bajo palio.

Cada uno puede ser de lo que quiera, pero yo no quiero formar parte de ninguna de las esquinas de este histórico triángulo. Porque este trío es el que arremete (y ha atentando desde hace siglos) contra la libertad de las personas (sexual, reproductiva y de pensamiento), es el que quiere empapelar a un juez por investigar genocidios y tramas de corrupción, es el que pretende unirse a corruptos para desalojar gobiernos electos, y es el que, en boca de Neira, pide pistolas. Y esto sólo mencionando alguna de las lindezas de la semana en curso. Lo que no me explico es, cómo todavía, la parte del PP de la buena gente, no se ha salido a estas alturas del triángulo de marras. Igual será que la Iglesia hace de cimentador indisoluble.

Y hablo por propia experiencia, ya que al igual que las buenas personas del PP, tampoco he conseguido, a día de hoy, salir definitivamente del triángulo. Lo que quiero decir es que yo he decido no ser del PP (filiación por supuesto legítima) y no lo soy, he decido ser honesto y lo soy. Sin embargo hace años que decidí no ser católico, y no he podido dejar de serlo. Igual a estos de buena fe y del PP les pasa lo mismo con alguna de las aristas de este polígono.

Desde aquí, y como los obispos han amenazado con excomulgar a todo el que apoye públicamente la nueva Ley del Aborto, aparte de pedir su abolición, declaro ser un defensor de la nueva ley. A ver si por fin, y por estas, consigo salirme de una vez por todas de este triángulo de poderes fácticos al que no quiero pertenecer, para así no engordar ningún tipo de estadística. Que cada santo aguante su vela, y que deje la Conferencia Episcopal (a la hora de hacer recuentos de católicos en España, diciendo que el 80% del país es Católico, cuando sólo el 34% marca la casilla de la Iglesia) de cargarnos con sus cirios a quienes no queremos su cera.

Alfonso Cortés González es profesor de Comunicación Política y Publicidad en la Universidad de Málaga

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