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estrategias de comunicacion

La mafia del lobby farmacéutico

imagen tomada dehttp://hebdomario.typepad.com/

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Publicado en elplural.com
Enlace:
http://www.elplural.com/opinion/detail.php?id=43280

Soy consciente de que, en términos profesionales y académicos, la palabra lobby se refiere a un tercero que diseña la estrategia de un grupo de presión para influir en los decisores políticos. Sin embargo, este es el término con el que la mayor parte de las personas estás familiarizadas para referirse a estos grupos interesados en influir en la legislación y en la toma de decisiones. Es por eso, la forma de titular este artículo.

Puede parecer, a priori, que este tema está desfasado y que no conviene publicarlo porque no forma parte de la rabiosa actualidad, y por tanto de la agenda de esta semana. Nada más lejos de la realidad, ya que es precisamente ahora, cuando los gobiernos europeos están tratando de colocar, a precio de saldo, los millones de vacunas contra la gripe A que nos han sobrado, a los países no desarrollados.

El uso del miedo es uno de los recursos más antiguos y efectivos en la comunicación de masas, que no ha dejado de utilizarse para cualquier fin, en las campañas para hacer de las personas marionetas que bailen al son de los intereses de los poderes fácticos. Sobre este tema, recomiendo un libro muy interesante del sociólogo Enrique Gil Calvo titulado El miedo es el mensaje.

Pues bien, la Organización Mundial de la Salud (OMS) lleva años empleando esta técnica persuasiva para salir beneficiada, exprimiendo del temor de las personas beneficios multimillonarios. Si nos fijamos, ese trabajo tradicionalmente ha sido el de la mafia, que sembrando el temor, conseguía, por ejemplo, que un comerciante le encomendase la protección de su negocio al mismo grupo del que estaba aterrorizado.

Quienes estamos familiarizados con las estrategias de comunicación, afortunadamente no sucumbimos, esta vez, ante esta campaña del miedo. Yo mismo recomendé a familiares y amigos no hacer ni caso a esto de la gripe A, y ni siquiera me vacuné siendo asmático, incluso cuando me lo recomendó mi médico. Además, pude comprobar como en mi entorno había personas aterrorizadas con que ese virus letal les alcanzase, y claro, cuando alguien se muere de miedo no racionaliza, y es mucho más fácil de manipular su conducta. Había quienes pensaban que incluso el Gobierno de España estaba haciendo demasiado poco.

Éste es el quid de la cuestión. Las técnicas modernas de presión (lobby), ya no tratan (sólo) de influir en los líderes políticos, sino (fundamentalmente) en la opinión pública, porque es más fácil convencer o atemorizar al conjunto de la opinión pública (que al ser un grupo tan grande y heterogéneo, no es experta en nada en concreto) que al gabinete de un político que dispone de asesores expertos en distintas áreas. Tema de otro debate sería la predisposición de algunos políticos a trabajar por los intereses de estos grupos, pero yendo al hilo de este artículo, y como estamos en países en los que afortunadamente la gente pone y quita gobiernos, los grupos de presión se han dado cuenta de que convenciendo a la población, ésta presionará y exigirá a sus propios gobiernos que tomen medidas. Similar a la estrategia que siguen las campañas publicitarias dirigida a los niños.

Por ello, España compró 37 millones de vacunas, y Francia, peor aún, casi 100 millones (ración doble, siguiendo la recomendación de la OMS de dos vacunas por persona). Una vez que se ha comprobado que el miedo era infundado e interesado, hay que revender en las rebajas este botiquín inservible.

Lo que deberíamos hacer es pedir responsabilidades y aplicar la ley. No es justo que se quiera colocar estas vacunas a países más pobres, cuando las farmacéuticas se han embolsado entre 5.000 y 7.000 millones de euros. Y sólo con la gripe A, sin tener en cuenta la porcina.

Por tanto, siguiendo la misma lógica de estas campañas de presión, deberíamos exigir a nuestros gobiernos que lleven a los juzgados a la OMS para saber si nos han estafado deliberadamente o no. En cualquier caso, y aunque la OMS no hubiese actuado de mala fe, debería devolvernos el dinero, como hacen los grandes almacenes, puesto que la mercancía no nos satisface. Porque si juegan a organización comercial, deben responder como tal. Si los gurús de la OMS no quieren que le pidamos este tipo de responsabilidades, que no se metan en negocios. La dialéctica de mercado es así.

Alfonso Cortés González es profesor de Comunicación Política y Publicidad en la Universidad de Málaga

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¿Es el sector público demasiado grande?

Artículo de Vicenç Navarro publicado en elplural.com. Para leerlo pinche aquí.

Las derechas en España – tanto las de orientación conservadora como las de sensibilidad liberal- están pidiendo que se reduzca el empleo público, el cual consideran excesivo. Enfatizan que hay que disminuir el empleo público como medida de austeridad del gasto público para poder salir de la crisis y señalan que la exuberancia del sector público está ahogando a la economía, la cual exige un menor peso del sector público para poder aumentar su eficiencia.

<!–Un indicador del carácter ideológico de tales propuestas es que se presentan constantemente en los medios de información y persuasión liberales (que son la mayoría en el país), a pesar de que los datos, fácilmente accesibles, muestran que el empleo público, en lugar de ser excesivo –como proclaman- es demasiado bajo, siendo éste de los más bajos de la UE-15. Según los informes de la organización internacional del trabajo, OIT, y de la Agencia de recogida de datos de la UE, Eurostat, el porcentaje de población adulta que trabaja en el sector público en España es sólo 9.47%, uno de los porcentajes más bajos de la UE-15.

El promedio de la UE-15 es 16.1% y en Suecia y Dinamarca (dos de los países con mayor eficiencia económica) es 21.12% y 26.24% respectivamente. A pesar de ello, las derechas continúan insistiendo en que el Estado (que incluye el gobierno central, más las CCAA y los municipios) es demasiado obeso y hay que adelgazarlo.

La otra observación que hacen es que además de ser demasiado grande el empleo público está creciendo desmesuradamente. De nuevo, los datos no apoyan tales proclamas. El porcentaje de personas adultas ocupadas en el sector público es bastante parecido desde el año 2000, con un ligero descenso desde el año 2005 pasando de ser un 9.63%, a un 9.47% en 2008. Ha crecido, sin embargo, en la mayoría de países de la UE-15 durante el mismo periodo. En realidad, en España el crecimiento de empleo en el sector privado ha sido mucho mas rápido y elevado que en el sector público durante el periodo 2000-2008.

Una consecuencia del escaso desarrollo del empleo público es que la ciudadanía está pobremente atendida por las administraciones públicas. El número de empleados públicos por cien habitantes (6) es, de nuevo, uno de los más bajos de la UE-15, sólo superior a Portugal e Italia. Este número es 17 en Dinamarca, 13 en Finlandia y 14 en Suecia (países donde los servicios públicos y el estado del bienestar son más extensos y más desarrollados, siendo a la vez –como reconoce incluso Davos, el Vaticano del pensamiento liberal- los países con mayor competitividad y eficiencia económica.

Este déficit de empleados públicos contribuye a la percepción por parte de la población de que la administración pública es rígida (rigidez es síntoma de pobreza) y poco sensible a la necesidad de los usuarios y ciudadanos. Ello ocurre en especial en los servicios donde la población tiene mayor contacto con la administración pública, tal como los servicios público del estado del bienestar (siendo sanidad uno de los sectores más afectados por la escasez de personal). La famosa masificación de los servicios públicos se basa, en gran parte, en esta escasez de empleo público.

Otra propuesta que hacen las derechas es reducir los salarios de los empleados públicos, considerados también como excesivos. Como prueba de tal aseveración, tales portavoces del pensamiento conservador y liberal, muestran datos que confirman que, en general, los salarios de los empleados públicos son superiores, a los empleados en los sectores privados. Es interesante señalar que en los países nórdicos, todos ellos de tradición socialdemócrata, los niveles salariales del sector público son semejantes a los del sector privado, mientras que en los países del centro de Europa –en general, de tradición conservadora o liberal- los salarios de los empleados públicos son inferiores a los empleados privados (coincidiendo con el menor desarrollo de sus servicios públicos). En España y en otros países del sur de Europa, los salarios del sector privado son sustancialmente inferiores a los del sector público. Pero ello no se debe a que los últimos sean exuberantes (en realidad, son, por lo general, más bajos que en el resto de la UE-15), sino que los primeros –los salarios del sector privado- son excesivamente bajos, mucho más bajos que en el resto de la UE-15 (6 de cada 10 trabajadores son mileuristas).

Dos últimas observaciones. Las derechas están subrayando que lo que ellas llaman excesivamente abultado sector público está obstaculizando el desarrollo económico del país y muy en especial su eficiencia económica. Como he indicado anteriormente, los países considerados más eficientes en Europa son los países con mayor empleo público. Pero, lo que es más importante es que la calidad de vida de la ciudadanía es mayor en aquellos países con una elevada extensión de los servicios públicos del estado del bienestar que en los que tienen su sector público escasamente desarrollado.

La otra observación es que, en contra de lo que las derechas están diciendo, la delegación de responsabilidades públicas a las CCAA, no ha significado, en general, un “exuberante” crecimiento del sector público. La delegación de responsabilidad ha tomado lugar predominantemente en los servicios públicos del estado del bienestar (donde el empleo no ha crecido). Lo que ha ocurrido ha sido un cambio en la autoridad responsable en su gestión. El enorme déficit de los sectores públicos lo administran ahora las CCAA, en lugar del Gobierno central.

Vicenç Navarro es catedrático de Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra, y Profesor de Public Policy. The Johns Hopkins University

Blog de Vicenç Navarro

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Al PP se le acaban sus recursos

Artículo publicado en elplural.com. Para leerlo pinche aquí

La derecha española ha comenzado el nuevo año del mismo modo que terminó 2009, o que empezó 1981. El partido que fundó Fraga en la transición no ha cambiado nada en estos más de treinta años, y sigue utilizando la demagogia y el discurso político más burdo y absurdo como su principal caballo de batalla. Al partido de Rajoy le puede pasar, como al protagonista de Pedro y el Lobo, que tras tanto alertar sobre sucesos inexistentes o deformados pierda toda su credibilidad. Por el bien de nuestro país, espero que así sea en este 2010.

Ya nadie se acuerda, pero el PP, como el protagonista del conocido cuento, aseguraba que la familia desaparecería gracias a los matrimonios homosexuales (qué sinsentido, en todo caso existirán más tipos de familia, y en consecuencia, más familias); también nos quisieron alarmar con su famosa proclama “España se rompe” cuando se iniciaron los procesos para la aprobación de los nuevos estatutos de autonomía, y aquí seguimos un año más, con el tradicional discurso del Borbón, que incluso se ha retransmitido en la televisión vasca por primera vez; quisieron aterrorizarnos cuando se trató de negociar con ETA… Así, enumerando estos disparates de Rajoy y los suyos, nos podríamos pasar todo el día, y no pretendo quemarles la sangre con esto.

El día de Reyes el PP publica en la portada de su página web una presunta noticia bajo el titular de “la foto de hoy es la foto del paro”. Lo que no entiendo bien es por qué debajo de ese texto, el PP coloca la foto de su chamán experto en economía Cristóbal Montoro. Quizás, de modo subliminal nos quieren alertar de lo desaconsejable que resultaría un señor como Montoro dirigiendo el Ministerio de Economía.

El caso es que este aspirante a ministro de economía ha declarado que “el 2009 ha sido el año más terrible en términos de retroceso económico de nuestra historia”. Seguramente, Cristóbal Montoro no está enterado de los datos económicos y repite como un muñequito lo que el ventrílocuo Rajoy le dicta al oído, porque no se puede decir alegremente que el responsable del paro es el Gobierno (en el marco de una crisis mundial) cuando precisamente son la Comunidades Autónomas gobernadas por el PP las que han registrado mayores aumentos del paro, estando las oficinas de empleo transferidas a los gobiernos autonómicos.

Murcia y Valencia (feudos del PP ya consolidados) han sido las comunidades donde más ha crecido el paro, y en la Comunidad de Madrid, por ejemplo, con Esperancita Aguirre como presidenta, el desempleo ha subido cinco puntos por encima de la media del resto de España. Con datos así, y si fueran medianamente coherentes y responsables, no se atreverían a abrir el pico para amedrentarnos con sus discursos catastrofistas y asustaviejas. Sus 10.000.000 de votantes no se merecen que les tomen el pelo de esta forma, y el resto de los españoles, después de todo lo que en estas tierras lleva llovido, no nos merecemos una derecha como esta. Dimitan ya.

Alfonso Cortés González es profesor de Comunicación Política y Publicidad en la Universidad de Málaga

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