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rajoy

Que se vayan los peores

Artículo publicado en elplural.com
Enlace: http://www.elplural.com/2012/09/20/que-se-vayan-los-peores/

“Rajoy es un oportunista que gobierna por decreto y carece de sentido de Estado”. Así es como el Financial Times (diario económico de referencia) califica a nuestro presidente. La verdad que no es necesario recurrir a la prensa internacional para saber que tenemos al presidente menos sagaz y capacitado de los últimos 40 años, y que por los tiempos que corren, se nos presenta como el más peligroso en consecuencia. Esto, aunque no lo reconozcan fuera de sus casas, lo sienten miles de votantes populares desengañados en toda España, e incluso, insignes ‘peperos’ están ya conspirando para derrocar al registrador de la propiedad.
La propia CEOE (de la que el PP es frecuentemente su brazo político), prevé que el paro seguirá creciendo a una velocidad inasumible, llegando prácticamente a los 6 millones de parados en 2013. Es paradójico que los señores de la CEOE digan esto, ya que la reforma laboral que decretó Rajoy, el incapaz, fue dictada por ellos mismos, y como denunciamos desde todos los medios no controlados por el Gobierno, sólo servía para despedir más fácilmente, y en ningún caso para fomentar el empleo.

Por si fuera poco, estos problemas de la España gobernada por el PP no sólo son económicos, sino también sociales. Se han incrementado considerablemente los costos que las familias deben asumir en concepto de educación, al mismo tiempo que el Gobierno despide profesores y aumenta la ratio por aula. Se ha recortado brutalmente en sanidad y se prohíbe a la mujer a decidir sobre su maternidad. Quieren financiar con dinero público sectas y clubes educativos que segregan a niños y niñas y educan contra el espíritu mismo de la Democracia, la convivencia y el respeto a la diversidad. Y esto sólo por citar algunos de los cientos de atentados que el gobierno Rajoy viene realizado contra el Estado de Derecho.

Puede parecer excesivo calificar las acciones de gobierno del PP como atentados contra el Estado de Derecho, pero no lo es en absoluto: ¿qué sería de un Estado de Derecho sin derechos de los ciudadanos? Y evidente es que con estos señores gobernando, cada día perdemos unos cuantos derechos, sean fundamentales, sociales o laborales.

¿A dónde nos quiere llevar por tanto este Gobierno? Probablemente, y por ser un gobierno de mediocres, en el mejor de los casos, ni siquiera ellos lo saben. Ya ni pedimos que los mejores vayan a la política (qué triste, por cierto), pero al menos debemos exigir que se vayan a su casa los peores. Y Rajoy y su equipo, claramente han demostrado ser los peores políticos que sufrimos en nuestro país.

Alfonso Cortés González es vicedecano de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Málaga y profesor de Comunicación de las Instituciones Públicas
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¿cuantos telediarios le quedan a Rajoy?

Artículo publicado en elplural.com
Enlace: http://www.elplural.com/2012/09/07/%c2%bfcuantos-telediarios-le-quedan-a-rajoy/

Es verdad que nadie se imaginaba un presidente del Gobierno tan malo como Mariano Rajoy. No obstante, a veces, los mediocres y pusilánimes tienen la rocambolesca suerte de permanecer en puestos de dirección, aunque es cierto que cuanto más prolonguen su estancia, peor parados saldrán en el futuro. Rajoy es un mal presidente (que ni a Aguirre, ni a Oreja, ni a miles de peperos gusta ya) cuyos atributos políticos son una mezcla de cinismo, mediocridad, demagogia y cobardía.

Es curioso que a pesar de haber obtenido una holgada mayoría absoluta y de haber sido visto por muchos inocentes del PP como un mesías, Rajoy puede convertirse, antes de lo que creíamos, en el presidente más breve desde 1977. El futuro de Rajoy en la Moncloa dependerá de los términos en los que Rajoy solicite y represente el rescate, y de si es capaz de callar con migajas a sus correligionarios que quieren quitarle el sillón presidencial.

El escenario de la posible caída de Rajoy (al contar con gran peso parlamentario su formación política) depende principal y resumidamente de dos situaciones: una, los términos y escenificación mediática del rescate y dos, el cierre o disolución de filas dentro del PP con su presidente.

Lo que haga la oposición también influye, pero al no tener ésta la posibilidad de ganar una moción de censura, y no existir en la actualidad esa conexión sentimental entre la política y la sociedad civil, su capacidad de terciar institucionalmente en el corto plazo no parece muy elevada. Habría que esperar a ver cuál es la reacción social ante la teatralización que se haga del rescate.

Por otro lado, iluminados que piden llevar tanques a Cataluña y País Vasco o aplicar una política antiterrorista fuera de la ley no propician, en absoluto, la cohesión dentro del partido que sostiene al Gobierno, del que cada vez sus líderes sectoriales (opusinos, liberal-conservadores, azules u oportunistas) van cobrando un perfil más definido públicamente, lo que denota una estrategia clara de posicionar liderazgos alternativos a Rajoy.

Paradójicamente, siendo Rajoy el objeto de nuestra reflexión de hoy, lo que él diga o piense o tenga intención de, importa menos que un pimiento manido. Hace meses que las palabras y el pensamiento de Rajoy no pintan nada en esta película, que podría titularse El Fraude. El futuro del títere Rajoy está en realidad en las manos de los Aguirres, Gallardones y Orejas varios, que están seriamente estudiando las posibilidades de ganar cuotas de poder.

No sé si la pregunta con la que titulo este artículo la podemos encontrar ya en las casas de apuestas por Internet, lo que está claro es que hay mucho juego al respecto. Hagan sus apuestas.

Alfonso Cortés González es vicedecano de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Málaga y profesor de Comunicación de las Instituciones Públicas.
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Reformas o destrucción

Artículo publicado en elplural.com
Enlace: http://www.elplural.com/2012/06/22/reformas-o-destruccion/

El llamar a algo por su antónimo es un juego muy manido, propio de los malos políticos que traicionan a la ciudadanía. Ello es infinitamente peor que maquillar la realidad, cosa que ya es abominable de por sí. Así que imagínense la diferencia entre reformar una casa y destruir una casa.

Pues esto, es lo que está haciendo el Gobierno de Rajoy en todas y cada una de sus acciones políticas. Todos sus actos de gobierno pretenden inocularse en la opinión pública a través de dardos dialécticos envenenados con deshonestas intenciones. Como no podemos hablar de todas sus decisiones por cuestiones de espacio, escojo el tema de los mineros aprovechando que hoy arranca la marcha negra hacia Madrid.

Incluso en el escenario de que el carbón ya no sea rentable, lo que es infinitamente menos rentable para España es dejar parados a una parte importante de la fuerza activa de este país. Y esto es desde el punto de vista de la estructura económica, porque si hablamos ya desde el punto de vista social, dejar a familias enteras sin el medio que les da de comer es, directamente, una acción criminal. Y esto también vale para la sanidad o la educación.

Así que no hagamos ni caso a ese dardito de cianuro sociológico, impreso con la palabra reformas, que el Gobierno nos quiere vender, ya que si realmente buscasen reformas, en lugar de dejar sin empleo a los mineros que trabajan en el carbón, se estarían realizando los procedimiento pertinentes para recolocarlos en un sector pujante como puede ser la energía solar.

Porque lo que está claro es que se agote o no el carbón, lo que no está para nada agotada es la mano de obra de las comarcas mineras. Reformando de verdad, en lugar de destruyendo como hacen los del PP, estaríamos siendo competitivos como país y al mismo tiempo justos con el esfuerzo que durante toda su vida han hecho los trabajadores.

Eso sería una reforma señor Rajoy, lo que ustedes están haciendo es destruir vilmente y con todas sus letras el país y nuestro futuro.

No se lo podemos permitir. ¡Rajoy, a la calle!

Alfonso Cortés González es vicedecano de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Málaga.
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¿Nos sacrificamos los ciudadanos o sacrificamos a Rajoy?

Artículo publicado en elplural.com
Enlace: http://www.elplural.com/2012/05/03/%c2%bfnos-sacrificamos-los-ciudadanos-o-sacrificamos-a-rajoy/

Ayer, en un discurso ante el Consejo de Estado, Rajoy pidió sacrificios a la sociedad española. ¿Para qué nos pide Rajoy a los ciudadanos que nos inmolemos? Está claro que Rajoy pide sufrimiento a aquellas personas a quien supuestamente representa, para favorecer, en realidad, un grupúsculo oscuro de especuladores de la felicidad ajena.

Nos pide sacrificios para que renunciemos a nuestra propia salud, y que consintamos el desguace de nuestra sanidad pública.

Nos pide sacrificios para que renunciemos a nuestro futuro, y que permitamos que en España no se investigue científicamente y que los hijos de muchas familias de trabajadores se queden sin plaza en la Universidad.

Nos pide sacrificios para que renunciemos a una posible estabilidad económica, y que aceptemos que los derechos laborales son cosas del pasado.

Nos pide que sacrifiquemos los tres pilares básicos del ser humano cuando vive en sociedad, que son la salud, la educación y la dignidad en el trabajo. Quiere por tanto, que sus verdaderos amos, especuladores financieros del mundo entero estrenen yate nuevo este verano, al mismo tiempo que la gente normal renunciamos a nuestra aspiración más honesta, que es nuestro futuro y el de nuestros hijos. Sin embargo, cada vez está más claro que para tener futuro como país a quien debemos sacrificar es a Rajoy.

¿No les parece un crimen que aquella persona que supuestamente gestiona los intereses de los españoles los traicione y malvenda a un país entero simplemente para conservar cuatro años su cama en La Moncloa?

Alfonso Cortés González es vicedecano de la facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Málaga y profesor de Comunicación de las Instituciones Públicas
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El gobierno de Rajoy está agotado

Artículo publicado en elplural.com
Enlace: http://www.elplural.com/2012/04/12/el-gobierno-de-rajoy-esta-agotado/

Es cierto que los gobiernos no tienen la culpa exclusiva de todo lo que está pasando en Europa y en España con esta maldita crisis. Sin embargo, el gobierno de Mariano Rajoy se está convirtiendo en una parte importante del problema español, esto incluso, contra el pronóstico de la derecha europea, que confiaba en él hace cuatro meses, y que ahora trata de quitárselo de encima.

Y es tan problemática esta situación porque todas y cada una de las iniciativas que está llevando a cabo este gobierno, perjudican real y directamente a los intereses de España como país, y a sus habitantes como ciudadanos.

Nadie puede negar que un gobierno está intencionadamente perjudicando a su país cuando recorta la inversión en educación y en investigación, ya que sobre estas dos cuestiones se basa la única posibilidad de tener futuro (en el mundo, o competimos con conocimiento o lo hacemos con mano de obra). Por tanto, tenemos dos explicaciones ante tal despropósito: o bien el gobierno de Rajoy es un gobierno traidor con los propios intereses del país, o es estúpidamente cortoplacista, ya que sólo mira al cuadre de cuentas a cuatro años vista, para poder aprobar raspando en las urnas, aún a costa de expropiarnos de nuestro futuro. Si esto no es delito, debería serlo.

Puede ser cierto, por otra parte, que si recortamos estas partidas podemos equilibrar nuestras finanzas en dos o tres años, pero ¿Cómo competiremos frente a chinos o americanos cuando seamos un país intelectual y científicamente atrasado? Pues sólo se puede hacer mediante mano de obra no cualificada, tomar el papel que tienen ahora los países explotados.

¿Qué hacer entonces para ir recortando el déficit y no perder competitividad? Pues muy sencillo: Saldar la deuda en más tiempo, lo que haría innecesarios tantos recortes, y por tanto, ni subiría tanto el paro ni perderíamos tanto poder adquisitivo como sociedad. Esto lo hace cualquier familia, sin necesidad de tener ministros ni asesores interesados que vengan de Lehman Brothers, como tiene Rajoy.

Pongámonos en la situación de una familia de cuatro personas en la que trabaja el padre y la madre y tienen una hipoteca. El padre se queda en paro, y con la letra del piso, ya no queda dinero para pagar las clases de inglés de los niños, el material escolar, ni tampoco las gafas graduadas, que son un pico a la vez que vitales.

La familia puede hacer dos cosas, o dejar a sus hijos sin futuro recortándoles sus perspectivas formativas y su salud, o bien negociar con el banco y acordar que la hipoteca se le pagará en 15 años en lugar de en 10. Es cierto que habrá que pagar más intereses, pero sus hijos no verán comprometido su porvenir, y la vida de la familia podrá seguir más o menos su curso normal.

Rajoy está haciendo con el país, lo que un mal padre o un estúpido haría con su familia. Y no sigo hablando de las demás tropelías de este gobierno, como el perdón a los defraudadores o los recortes en materia de inspección fiscal, para no acabar el día malhumorado, lo que no es bueno para conciliar el sueño.

Rajoy ya está acabado, y como no se vaya a su casa, la que podría estar acabada sería nuestra querida España.

Alfonso cortés González es vicedecano de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Málaga y profesor de Comunicación de las Instituciones Públicas.
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El sentido de una huelga

Artículo publicado en elplural.com
Enlace: http://www.elplural.com/2012/03/29/el-sentido-de-una-huelga/
Mi colaboración de hoy será muy breve porque no tengo mucho tiempo para escribir ya que tengo por delante una jornada de más de 16 horas de trabajo echando una mano en esta jornada de defensa de nuestros derechos legítimos como ciudadanos. Es lo menos que se puede hacer.

Es cierto que de una parte, en la sociedad contemporánea, debemos buscar nuevas formas de reivindicar los derechos de los trabajadores y mejorar nuestro nivel de bienestar, pero de ahí a criminalizar la huelga o decir que no sirve para nada hay un gran trecho. Quienes defienden tales posturas o son empresarios cuyos intereses son antagónicos a los de los trabajadores, o sencillamente, son currantes confundidos.

A pesar de ello, las huelgas a día de hoy siguen siendo útiles y siguen dando resultados. Si no fuera así, a las grandes empresas les importaría un bledo que se hiciese huelga o no (se ahorrarían el jornal del huelguista). Lo que pasa es que como son oportunas y útiles, desde los medios de comunicación de la derecha se criminalizan (incitando al asesinato de trabajadores, como ha hecho Jiménez Losantos, quien debería estar en la cárcel, por cierto) y se quieren presentar como un día libre que se toman ciertos trabajadores holgazanes.

Voy a terminar con un argumento muy sencillo dirigido a quienes siendo trabajadores, todavía piensan que la huelga es una tontería:

¿A que es lógico, aunque sólo sea por un día, no echar gasolina al coche en protesta por la subida del precio de los carburantes y así demostrar a las petroleras nuestra fuerza como consumidores? De igual modo, cuando dejamos de trabajar por un día y aun perdiendo el sueldo, demostramos nuestra importancia como trabajadores en el sistema productivo. Expresamos claramente que somos personas, que somos importantes y que tenemos derechos legítimos. Que no se nos puede romper el lomo de esta manera porque sin nuestro trabajo, ni el sistema se mueve, ni los beneficios empresariales se generarían.

¡Vivan los derechos y aspiraciones de la ciudadanía!

Alfonso Cortés González es vicedecano de la facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Málaga y profesor de Comunicación de las Instituciones Públicas
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Rajoy tiene miedo

Artículo publicado en elplural.com
Enlace: http://www.elplural.com/tribuna-libre/rajoy-tiene-miedo/

La labor de oposición es la tarea más fácil que existe en política. Consiste, desgraciada y básicamente, en criticar cualquier decisión que tome el gobierno en cuestión. Además, la situación se agrava si el partido que está en la oposición, hace su labor sin argumentos sólidos y forjando un discurso a base de exabruptos taberneros, dando continuamente una respuesta demasiado fácil y simplona a problemas demasiado complejos. Este modus operandi opositor es una (entre otras muchas) de las perversiones de nuestras democracias.

Esta ha sido la forma de hacer oposición del señor Mariano Rajoy desde 2004. Ahora ha cambiado: tiene miedo y el mero hecho de verse en el sillón de las decisiones le descompone el vientre. Rajoy se ha dedicado durante los últimos siete años a ver el partido desde la grada y vociferar como un hooligan irresponsable. Ahora que la afición lo aclama para que meta goles, este aspirante a delantero centro es el primero que duda de sí mismo. Angelito el señor Rajoy que ahora se está dando cuenta que gobernar es un reto que da vértigo.

Un aspirante de verdad a primer ministro debe tener nervio, coraje y ganas de cambiar el mundo. Al menos antes de ser presidente, ya que La Moncloa se encargará irremediablemente de aplacar el furor adolescente de su pretendiente. Zapatero accedió al gobierno de forma temperamental retirando las tropas de Irak (decisión difícil que muchos creyeron en su día que no cumpliría), y está terminando su mandato con tibieza. Imagínense a un posible presidente como Rajoy que ya viene tibio de serie: vamos a estar congelados cuando se vaya.

Y un ejemplo de este miedo se ha visto en la prensa económica de hoy, donde aparece un Mariano Rajoy, que como quien descubre la pólvora, condiciona la actualización de las pensiones y sueldos a la situación económica. No nos jodas Mariano, ya que ese es el argumento que viene defendiendo tu enemigo Zapatero desde 2010 y que tú en incontables sesiones parlamentarias has dicho a los españoles que tú nunca lo harías, y que le darías la vuelta. Ahora tienes que dar la talla, no te debes escabullir, y este país no te permitirá otra cosa que actualizar las pensiones y subirnos el sueldo.

A menos que seamos un país de idiotas capaces de dar un cheque en blanco para que nos gobierne un vendedor de humo.

Alfonso Cortés González es profesor de Comunicación y Sociedad y Comunicación de las Administraciones Públicas en la Universidad de Málaga

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La política del más o menos y la irresponsabilidad

Artículo publicado en elplural.com
Enlace: http://www.elplural.com/opinion/detail.php?id=52451

Esta semana Rajoy ha sorprendido, no por su habitual indeterminación y ambigüedad, sino porque por primera vez en su vida, ha dicho, más o menos, lo que quiere hacer si logra formar gobierno. Se ha mojado más en lo que haría con el matrimonio homosexual y la ley del aborto, y menos en la política económica y social.

Ha defendido que le gusta el modelo Cameron que está aplicando el premier británico, y que sería un ejemplo a seguir en España. Cuando se le pregunta si también despediría a 500.000 trabajadores públicos como en Gran Bretaña, con cierta apariencia de ignorancia osada, responde que no conoce el detalle del modelo de su admirado Cameron, cuando esos despidos son el titular destacado en toda la prensa internacional. Mariano empieza a decir lo que piensa, pero sólo más o menos, no vaya a ser que por equivocación, profundice alguna vez en el meollo de cualquier asunto.

Dice las cosas más o menos porque, cuando habla de las políticas de Cameron como modelo, escoge parcialmente algunas medidas, y deliberadamente esconde otras a sus electores. Por ello es conveniente preguntarle firmemente al señor Rajoy, qué sacrificios va a exigir a los españoles que no esté exigiendo férreamente ya el actual gobierno de Zapatero. Y que el señor Rajoy responda a esta pregunta es vital, ya que es charlatanería barata el vender un programa electoral, como está haciendo el PP desde la oposición, en el que con bajada de impuestos se recorte el déficit. Eso sólo se puede matemáticamente hacer (en la coyuntura económica actual) recortando brutalmente de todos sitios, incluida la sanidad y la educación, y a costa, claro está, de la calidad de vida de los habitantes de un país.

También es conveniente pedirle coherencia a Rajoy y los suyos, porque no se puede estar constantemente hablando de que quieren adelgazar el gasto de las Administraciones Públicas y luego, cuando el presidente Zapatero se reunió (es importante recordarlo) en 2009 con las Comunidades Autónomas para pactar una serie de recortes, fue Esperanza Aguirre la primera que se levantó de la mesa, y rompió las negociaciones. El PP se permite el lujo de ser tan incoherente e inconsistente ideológicamente porque su votante nunca le llama la atención y le exige responsabilidades, como si los Rajoy y Aguirre de cada día fueran infalibles y nunca errasen. Por su parte, cuando el PSOE se desvía (de manera intencionada o sobrevenida) de su programa electoral y de sus principios ideológicos, las urnas le dan un escarmiento.

El electorado del PP no suele castigar a su partido porque le falta coherencia ideológica y honestidad crítica hacia sus líderes políticos. Y esta actitud contribuye en gran parte a que el PP sea desgraciadamente como es. Por su parte, el votante progresista constantemente demuestra su desencanto y exigencia a sus representantes políticos dejándoles de votar. Este comportamiento del electorado español obliga a la izquierda a aprender constantemente de sus errores y a renovar sus discursos mientras estanca cómodamente a la derecha en un discurso idéntico y vacio por los siglos de los siglos.

Ahora bien, si el electorado conservador es incoherente y pueril, el progresista es puerilmente irresponsable, porque ante las adversidades (siendo la adversidad y el conflicto el medio ambiente natural de la izquierda, en tanto y en cuanto quiere transformar la sociedad haciéndola más justa y eso genera tensiones en distintos frentes), cuando llegan elecciones se quedan en su casa sin votar y sin tomar partido en la sociedad, en lugar de pedir de manera efectiva con el voto una manera de entender el mundo y contribuir a su construcción con este simple acto. Y esto ha pasado hace un par de días en EE.UU. también. Quiero decir que es muy sano, políticamente hablando, castigar electoralmente al partido que se ha votado, pero es al mismo tiempo muy peligroso no votar y dejar decidir a otros por mí.

En conclusión, mientras no cambiemos nuestra manera de entender la política, y nuestro nivel de exigencia y compromiso real con nuestras ideas y nuestros representantes de las mismas en los parlamentos, nuestros políticos, que salen de entre nosotros (no son de otro planeta ni de otra casta) seguirán siendo como constantemente nos quejamos: un reflejo de nosotros mismos. Es decir, del más o menos, o de achantarse ante las adversidades. ¿O acaso no nos damos cuenta de que entre todos construimos nuestro propio modelo social? La política del más o menos y la irresponsabilidad parecen ser dos rasgos de la manera contemporánea de vivir en sociedad.

Alfonso Cortés González es profesor de Comunicación y Sociedad en la Universidad de Málaga
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Carta abierta a Rajoy

publicada en el diario elplural.com
Enlace: http://www.elplural.com/opinion/detail.php?id=46223

Señor Rajoy, su compañero Cristóbal Montoro, con su peculiar tono inseguro al mismo tiempo que desafiante, ha advertido de que harán “todo lo posible para llegar al Gobierno”. Cómo si no nos hubiésemos dado cuenta de ello desde que perdieron las elecciones de 2004. El problema de su PP, es que ese “todo lo posible” de Montoro se lo toman al pie de la letra, renunciando a la ética política y a la pedagogía social, y usando la demagogia y la valentonada como armas fundamentales.

No nos merecemos en España que un partido político de masas, como el suyo, con tal de Gobernar, ponga su envenenado grano de arena en perjudicar a España, y con ello, según su lógica, si a España le va mal, a Zapatero también le irá mal. Puede que Zapatero sea su adversario sr. Rajoy, pero los españoles no somos sus enemigos naturales (somos la ciudadanía) a quien continuamente usted insulta intelectualmente cuando juega con el populismo barato aprovechando el desconocimiento de gran parte de la población sobre muchos temas. Usted sr. Rajoy está tratando como enemigos e idiotas a quienes pretende gobernar a partir de 2012.

Y digo esto no por su reciente apelación a la cadena perpetua (usted sabe que es inconstitucional, y que gran parte de la gente no lo sabe), o las declaraciones que hace sobre la inmigración (para satisfacer a su electorado de ultraderecha), que son situaciones en las que obviamente usted se aprovecha del desconocimiento de muchas personas sobre los conceptos del Derecho Público (Administrativo y Constitucional principalmente) para colar un mensaje populista y peligroso, con tal de comprar nuestras iletradas voluntades.

Tras su reunión con Zapatero, señor Rajoy, usted ha vuelto con su discurso incoherente pero que sabe que puede penetrar, en estas circunstancias de crisis, en personas que viven con desesperación este tiempo, y en sus amigos grandes empresarios y magnates (a Díaz Ferrán eso de gran empresario le viene grande) que están deseando que usted gobierne para pagar menos impuestos (todavía) y recuperar su poder de señores feudales, y hacer de España su rancho particular.

Usted, señor Rajoy, pide que se recorte el gasto público para reducir el déficit. ¿Se ha parado a pensar que quizás buscar más ingresos pueda ser otra opción viable? Digo esto porque usted calla malévolamente, y no explica a su público que si se recorta el gasto público, habría que recortar o retirar los subsidios de desempleo, habría que recortar los servicios sanitarios y escolares, habría que hacer de peaje casi todas las carreteras, habrían menos policías, peor justicia, y un sinfín de Servicios Públicos que lógicamente cuestan dinero al Estado. Explíquelo señor Rajoy, muestre sus posturas abierta y honradamente, y ya le votaremos o no, pero no se aproveche así de la gente. Usted está omitiendo información, como hacen los malos vendedores con tal de venderte un coche, cuando te lo pintan de oro, de lo fantástico que es conducirlo, pero no te dicen que ese coche tuvo un accidente grave y tiene el chasis dañado y los kilómetros trucados. Usted está haciendo con nosotros lo mismo que ese vendedor farsante.

Por ello, señor Rajoy, le pido que hable claro y explique sin complejos y con honestidad (cosa que creo no ha hecho nunca, ni en los últimos años, ni en su etapa en el Gobierno cuando el Prestige) y nos aclare qué modelo de sociedad quiere. Recortando el gasto público, es de cajón que hay menos déficit, y por tanto económicamente se está más desahogado, pero eso no significa que la gente de a pie esté mejor, sino todo lo contrario. El Estado puede tener sus cuentas desahogadas, pero la gente no tener hospitales donde ir a curarse, y los niños de los trabajadores sin escuelas donde ir a aprender. Y me estoy dirigiendo a usted por si acaso no es tan mala persona y simplemente es un alma cándida aconsejada por los tiburones de su partido.

De lo que se trata, señor Rajoy, es de que los españoles cada día vivan mejor y eso si recortamos el gasto público no se consigue, debemos por el contrario aumentar el gasto público, sobre todo cuando hay gente que lo pasa mal. Por ello para luchar contra el déficit le vuelvo a recordar que en su responsabilidad de político y si quiere dar talla de estadista empiece a trabajar las fórmulas para aumentar los ingresos públicos, y deje de marearnos la perdiz con el muy necesario y vital gasto.

Imagínese señor Rajoy si Zapatero en estos momentos de crisis hubiera recortado el gasto público: gente en el paro sin cobrar ni un euro, en los hospitales que hubiesen quedado abiertos, colas kilométricas, agujeros como templos en las carreteras, más inseguridad ciudadana (la policía cuesta dinero), la educación sin recursos, y así un larguísimo etcétera. Así que, por favor, ya está bien de hacer daño al país. Si usted no tiene gancho, carisma e ideas suficientes para llegar a La Moncloa, pues no llegue y quédese en su despacho de registrador. Nos ayudará así mejor a todos y se ayudará también más a usted mismo.

Por otra parte, quiero recordarle que usted no es la única alternativa (no lo es su partido para España, y mucho menos usted para el PP) así que le recomiendo que cuide sus palabras y comience a hacer una política inteligente y honesta. Hágalo por usted (que se lo quieren comer sus correligionarios) y por todos los demás españoles principalmente. En mi opinión, la alternativa que usted nos quiere vender no es la única sino que llanamente es la peor de las alternativas posibles, ya que una crisis financiera, provocada por los poderes financieros y económicos, no puede resolverse con medidas como las que usted propone ya que pretenden dar todavía más poder a la gente que ha provocado este colapso económico. Eso es como meter a la zorra a cuidar las gallinas.

Sin otro particular señor Rajoy, le deseo un feliz día y aprovecho para enviarle un saludo.

Alfonso Cortés González es profesor de Comunicación Política en la Universidad de Málaga

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