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septiembre, 2010:

«La única huelga inútil es la que no se hace «

Conversación de Luís García Montero y Joaquín Sábina con diario Público.
Enlace: http://www.publico.es/dinero/338992/unica/huelga/inutil

El poeta Luis García Montero (Granada, 1958) y el cantautor Joaquín Sabina (Úbeda, Jaén, 1949) ya complotaban juntos en la Granada del tardofranquismo la forma de unir a la cultura roja e insumisa con la lucha del movimiento obrero. Más de 30 años después ha cambiado casi todo, pero ahí siguen: en lo mismo. En la cuenta atrás de la huelga general, los dos amigos se juntaron el lunes en la casa de un convaleciente Sabina «estoy magullado por una cogida de un toro muy cabrón», bromea para charlar, con Público de testigo, sobre una huelga que ambos consideran imprescindible.

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El problema no son los liberados

artículo publicado en elplural.com
enlace: http://www.elplural.com/opinion/detail.php?id=50748

Estamos viviendo una crisis en Europa, eso está claro. Sin embargo, casi toda la atención se queda en su dimensión económica y descuidamos su dimensión política. Y es que la política en el continente se está poniendo muy fea, cuestión que se manifiesta en una sangrante pérdida de derechos adquiridos por los asalariados, en el resurgimiento de discursos fascistas en líderes políticos supuestamente demócratas aunque conservadores y en una izquierda que hace políticas muy de derechas.

Es abiertamente fascista que una presidenta de comunidad autónoma arremeta contra los sindicatos, llamando parásitos a los sindicalistas liberados, siendo personas que en teoría trabajan para mejorar las condiciones laborales de los asalariados. Habrá quien sea un parásito y habrá quien no, pero no se puede dilapidar de esta forma la figura del liberado sindical. Existen policías corruptos y sin embargo cuando hablamos de la policía no nos referimos a ellos como “esa panda de corruptos con pistolas”, porque sería un ataque a la verdad, además de peligroso. Pues igual pasa con los liberados: son necesarios.

Es normal, justo y deseable que un trabajador esté liberado de su empleo para poder dedicar sus horas de trabajo a la defensa y promoción de los derechos de sus compañeros. Estar liberado no significa no trabajar, significa dedicar las horas de trabajo a la defensa de los compañeros. Ahora bien, no seamos necios: quien debe poner firmes a los liberados sindicales (por decirlo de algún modo) no es Esperanza Aguirre y su tropa de palmeros idiotas (y digo idiota en el sentido griego del término), sino los propios trabajadores que han elegido a ese compañero para que les representen. Y aquellos trabajadores que no se interesan por el sindicato y sus derechos laborales, son también unos idiotas (otra vez en el sentido griego) porque no están haciendo nada por ellos mismos. Los trabajadores debemos entender que es vital para nosotros que tengamos liberados sindicales, pero de los buenos y trabajadores, y es responsabilidad nuestra exigirlo y exigírnoslo.

Por otro lado podríamos y deberíamos discutir sobre el papel y forma de actuar de los sindicatos, tema que apunté superficialmente en mi artículo del 16 de junio en este mismo diario, y que tendremos que volver a tratar en estas semanas, pero que por cuestiones de formato no me cabe en este texto. Les pido disculpas por ello.

Volviendo al hilo central del artículo, podríamos hablar también de los liberados de la Iglesia Católica, de los liberados de la patronal o del sueldo de más de 600€ al día de Cospedal. La cuestión es que de estos liberados no hablamos porque hacen bien su trabajo, y hacen bien su trabajo porque quien los libera, al mismo tiempo les pide cuentas. Eso es lo que tenemos que hacer los trabajadores: pedirles cuentas, y muchas, a nuestros liberados sindicales, pero nunca renunciar a ellos. Y esto es vital en el juego de poderes que supone una sociedad compleja, en la que nos guste o no, siguen existiendo clases. Botín sólo hay uno, pero dosmileuristas que se creen Botín y aplauden a la Aguirre hay demasiados.

Alfonso Cortés González es profesor de ‘Comunicación Política’ y de ‘Comunicación y Sociedad’ en la Universidad de Málaga

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El fascismo siempre está ahí

Artículo publicado en elplural.com
Enlace: http://www.elplural.com/opinion/detail.php?id=50486

Menos mal que el Parlamento Europeo acaba de condenar la política fascista del presidente francés de deportar a ciudadanos rumanos a su país. Esta decisión de la Eurocámara es lógica y ajustada a derecho (tanto de la propia UE como de cada uno de los Estados miembros). Sin embargo, que el pequeño dictador electo francés haya tomado estas decisiones racistas nos alerta de que realmente en Europa sigue existiendo un fascismo soterrado, que cuenta con el apoyo de determinados sectores de la sociedad. También en España.

La intención y vocación de Sarkozy con estas expulsiones se puede denominar como racista y fascista sin pudor de ningún tipo. Y esto es así, en primer lugar por imperativo ético, porque todas las personas, independientemente de su etnia, credo o ideas, han de ser tratadas de la misma forma. Y por otro lado, y esta vez por imperativo legal, Rumanía es miembro de la UE, y por tanto, sus ciudadanos tienen libertad de movimiento dentro de la Unión.

Y da igual que sean de etnia gitana, caucásica o semita: son rumanos, y por tanto europeos. En consecuencia, estas decisiones del presidente francés no sólo son discutibles, sino ilegales, y merecen la apertura de un procedimiento judicial. Cuestión de otro artículo sería cómo gestionar los asentamientos urbanos no autorizados, es decir, el chabolismo.

Parece mentira que en nuestro continente después del genocidio del fascismo (que comenzó dando rienda suelta a ese racismo europeo y blanco contra judíos y gitanos) y de una más que terrible Segunda Guerra Mundial, la lección no se haya aprendido bien. Y esto va para aquellas almas cándidas, estúpidas o acobardadas, que por no gustarle el color de piel de algunas personas son capaces de mandarnos a todos al carajo.

Simplemente racismo es lo que hay detrás de estas políticas: ¿o es que no hay blancos europeos en Francia que son mafiosos muy peligrosos y no son expulsados? Que tenga cuidado también el señor Sarkozy, ya que siendo él de ascendencia húngara, puede terminar siendo víctima de su propio engendro político.

Alfonso Cortés González es profesor de ‘Comunicación Política’ y de ‘Comunicación y Sociedad’ en la Universidad de Málaga

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