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mayo, 2011:

El obispo munilla miente. Trapicheo de la Iglesia Católica en la UMA

Artículo publicado en elplural.com
Enlace: http://www.elplural.com/tribuna-libre/el-obispo-munilla-miente/

El señor Munilla, obispo católico de San Sebastián, engaña de la manera más vil y torticera cuando dice que la asignatura de religión está acosada. Parece mentira que uno de los mandamientos de su religión sea el de “no mentirás” porque, como dice la copla, miente más que parpadea. ¿Por qué este señor pone de víctima a la Iglesia Católica, cuando es precisamente está confesión religiosa la gran privilegiada del sistema educativo español?

Todo el mundo sabe que a los profesores de religión los nombran los obispos a dedo y que los pagamos todos, que la mayor parte de los colegios privados son católicos, y que todavía muchos crucifijos cuelgan de las paredes de numerosas aulas del país. Sin embargo, no voy a hablar de esto, sino que voy a sacar a la luz un desagradable episodio desconocido por la opinión pública, ocurrido en la Universidad de Málaga. Si Munilla quiere hablar de acoso, pues hablemos.

Las universidades en todo el continente estamos construyendo el Espacio Europeo de Educación Superior (el EEES). En este proceso de integración, ha habido que confeccionar nuevos planes de estudio de cada una de nuestras carreras, que antes de ser ofrecidos a la sociedad deben contar con el visto bueno de la ANECA, de acuerdo con los pactos firmados en Europa.

Europa recomienda que la Universidad pública no debe incorporar ‘didáctica de la religión católica’ en sus planes de estudio de Ciencias de la Educación. Por tanto, los nuevos planes de las carreras de educación de la Universidad de Málaga (UMA) prescindían de tales asignaturas (tal como recomiendan los acuerdos europeos sobre la materia), que impartían sacerdotes de la provincia (sin haber hecho las pertinentes oposiciones a profesor de universidad).

Hace unas semanas, con el nuevo plan de estudios de Ciencias de la Educación ya en marcha, se presentaron en la facultad de la UMA una delegación de sacerdotes, enviados por el obispo de Málaga, para presionar al decano para que incorporase de nuevo la enseñanza católica en las titulaciones. Aunque la propia facultad previamente acordó suprimir la religión de los planes de estudio, se convocó una Junta de Centro (órgano democrático de gobierno de las facultades, en el que están representados profesores, personal de administración y servicios y estudiantes) para tratar la petición de los curas.

El decanato de dicha facultad recibió una comunicación de la Rectora solicitando que se hiciesen los cambios oportunos para dar de nuevo cabida, contra la recomendación del EEES, a la religión. La Junta de Centro, rechazó por una holgada mayoría esa propuesta. A los pocos días, el decanato vuelve a recibir otra comunicación del rectorado en el que ya no se le pide, sino que se le obliga (apelando al dichoso Concordato) a restaurar la educación católica en la Universidad. Y así se ha hecho: La religión ha vuelto a la UMA de la forma más antidemocrática y autoritaria posible. Cuando no se tiene la razón no queda más remedio que recurrir a la fuerza, y poco debe tener de bueno una confesión religiosa que usa el Concordato y los cojones para conseguir sus objetivos particulares.

Señor Munilla y señores obispos: ¿Quién acosa a quién? Qué poder no tendrán ustedes, que son capaces de saltarse los procedimientos administrativos en un país democrático, que son capaces de echar a temblar a toda una rectora y son capaces de poner de rodillas a toda una comunidad educativa por imperativo legal.

Alfonso Cortés González es profesor de Comunicación y Sociedad en la Universidad de Málaga
www.alfonsocortes.com

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Final de curso

Hemos terminado las clases 2010/2011.
Dejo unas fotos de este curso, que es con el que mejor lo he pasado en mis años de docente.
Enhorabuena por un magnífico año y buena suerte.

Turno de mañana

turno de tarde. Comunicación y sociedad 2011

comsoctarde2

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los candidatos pasan la itv

Texto de DIARIOSUR.ES
Regina Sotorrío, 8 de mayo de 2011
Cuatro expertos analizan los puntos fuertes y las debilidades de los aspirantes a la Alcaldía en su imagen, su discurso y su mensaje
Los votos no solo se ganan con un programa electoral perfecto. De nada sirve que el político prometa arreglarle la vida al votante si titubea al hablar, si su aspecto parece desaliñado o si transmite un mensaje confuso. Hay que ser bueno… y además parecerlo. Cuatro expertos en oratoria, imagen, ‘marketing’ y comunicación analizan los puntos fuertes y las debilidades de los tres aspirantes a la alcaldía del Ayuntamiento de Málaga. Y todos, según sus análisis técnicos, tienen puntos que pulir.
Texto completo publicado en diariosur.es: pinche aquí
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industria mediática y gastronomía oficial del Reino de España

Conferencia en el Ateneo de Málaga el martes 10 de mayo a las 20h

cartamalacitana11

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¿es justo acabar así con Bin Laden?

Artículo publicado en elplural.com
Enlace a texto completo: http://www.elplural.com/tribuna-libre/%c2%bfes-justo-acabar-asi-con-bin-laden/

No sé si se será justo o no (en términos emocionales) el asesinato de Bin Laden, pero el caso es que la justicia no ha intervenido, lo que evidentemente no lo hace justo desde el punto de vista jurídico y legal.

Mucha gente defiende que acabar con Bin Laden del modo que se ha hecho es mejor porque en todo caso, cualquier tribunal, lo hubiese condenado a muerte. Y total, si lo que importa es el fin, qué más dan las formas, qué más da asesinato que ajusticiamiento (recomiendo leer la definición de asesinar y de ajusticiar en el DRAE).

Este planteamiento, digamos que pueril,  no es aceptable porque no sirve para aplicar su lógica a casi ninguna de las disputas humanas: ¿que me han robado el coche? Como no es justo que me quede sin vehículo, pues robo otro. ¿Que el dueño de ese coche me pilla? Pues me revienta la cabeza y santas pascuas (ya le pillaré yo en otro momento y le meteré un tiro) ¿para qué meter a la puñetera justicia en nuestras vidas? Este argumento que no lleva más allá del desmembramiento social y del sin sentido, sólo puede ser defendido por tres tipos de personas: los iletrados, los niños, o los ideólogos de una nueva corriente ácrata que busca la desocialización del ser humano.

A pesar de que estoy escribiendo estas líneas, este asesinato no me coge por sorpresa. Todos los años les hablo a mis estudiantes de que existen las cloacas de los estados (que valoran lo viable independientemente de su legalidad), y que no es nuevo que las democracias no siempre usen el juego limpio. La diferencia, en este sentido, con otros regímenes políticos, es que las dictaduras, por ejemplo, nunca juegan limpio, y las democracias muchas veces sí.

Por ello, entendemos que la Democracia no es algo que se tenga, sino que es un ideal a perseguir, y que hacer democracia consiste en exigir y reivindicar los derechos y la justicia a diario, sin excepciones. Las excepciones son evidentemente soplos de totalitarismo, que hacen sentirse mejor a ese pequeño o gran dictador que casi todo el mundo tiene ancestralmente escondido.

¿Qué ha llevado a comportarse así a una de las primeras democracias del planeta? Mucha gente cree que a los EE.UU. le ha movido su sed de venganza y que han ejecutado a Bin Laden en caliente. Nada más lejos de la realidad. Los estados casi nunca actúan en caliente, y menos a los diez años de un acontecimiento. Lo que ha hecho EE.UU. es observar la partida y usar la tarjeta de hechos consumados en su turno.

Se podría haber apresado al líder de Al-Qaeda, eso es evidente, pero ¿qué se hace con él mientras se celebra el juicio? ¿Dónde se le juzga, en La Haya o en Washington? ¿qué hacer con todas las posibles manifestaciones en África y Asia pidiendo la liberación del saudí? (hay que apuntar que a EE.UU. ya no le interesa Europa sino Asia). Esta política de hechos consumados limita además las posibles maniobras de los demás actores políticos en el terreno de juego y proporciona a los EE.UU. una imagen de potencia indiscutible bajo el mensaje de “quien me toca, con la ley o sin ella, es hombre muerto”. En este sentido, desde el punto de vista estratégico, este asesinato puede ser muy conveniente, sin embargo, ética y jurídicamente no es nada recomendable.

Tampoco es aconsejable desde la pedagogía social de los actos políticos, ya que este suceso es un claro ejemplo a los ciudadanos de que saltarse la legalidad y los derechos funciona, que da popularidad al político y que mucha gente aplaude. No quiero decir que esto lleve al fascismo, pero sí que el germen de todo régimen totalitario ha sido la aspiración de acabar por la fuerza con algo que mucha gente consideraba un problema con el beneplácito de entusiasmados palmeros.

Por otro lado, la necesaria (estratégicamente hablando) publicidad que se ha hecho de este acontecimiento por parte de la administración estadounidense, tiene el efecto colateral de inocular la creciente sospecha de que los estados no son realmente escrupulosos en el respeto de los derechos de las personas, y que si es necesario van a emplear los atajos y triquiñuelas que necesiten para lograr sus objetivos (aunque sean justos).

En conclusión, no considero nada pertinente preguntarnos sobre si el mundo es más o menos seguro después de la eliminación de Bin Laden, puesto que la respuesta es evidente: el mundo sigue igual. Sin embargo, creo que es muy necesario que todos reflexionemos sobre la clásica relación entre lo justo y lo legal (ya que no siempre lo legal es justo, ni todo lo justo es legal), y que nos preguntemos si esta manera de acabar con Bin Laden fortalece o debilita nuestra confianza en la Democracia y en la posibilidad real de aspirar a un mundo diferente y mejor. Para mí, ese es el quid de la cuestión.

Alfonso Cortés González es profesor de Comunicación Política y Sociedad en la Universidad de Málaga.
www.alfonsocortes.com

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