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marzo, 2012:

El sentido de una huelga

Artículo publicado en elplural.com
Enlace: http://www.elplural.com/2012/03/29/el-sentido-de-una-huelga/
Mi colaboración de hoy será muy breve porque no tengo mucho tiempo para escribir ya que tengo por delante una jornada de más de 16 horas de trabajo echando una mano en esta jornada de defensa de nuestros derechos legítimos como ciudadanos. Es lo menos que se puede hacer.

Es cierto que de una parte, en la sociedad contemporánea, debemos buscar nuevas formas de reivindicar los derechos de los trabajadores y mejorar nuestro nivel de bienestar, pero de ahí a criminalizar la huelga o decir que no sirve para nada hay un gran trecho. Quienes defienden tales posturas o son empresarios cuyos intereses son antagónicos a los de los trabajadores, o sencillamente, son currantes confundidos.

A pesar de ello, las huelgas a día de hoy siguen siendo útiles y siguen dando resultados. Si no fuera así, a las grandes empresas les importaría un bledo que se hiciese huelga o no (se ahorrarían el jornal del huelguista). Lo que pasa es que como son oportunas y útiles, desde los medios de comunicación de la derecha se criminalizan (incitando al asesinato de trabajadores, como ha hecho Jiménez Losantos, quien debería estar en la cárcel, por cierto) y se quieren presentar como un día libre que se toman ciertos trabajadores holgazanes.

Voy a terminar con un argumento muy sencillo dirigido a quienes siendo trabajadores, todavía piensan que la huelga es una tontería:

¿A que es lógico, aunque sólo sea por un día, no echar gasolina al coche en protesta por la subida del precio de los carburantes y así demostrar a las petroleras nuestra fuerza como consumidores? De igual modo, cuando dejamos de trabajar por un día y aun perdiendo el sueldo, demostramos nuestra importancia como trabajadores en el sistema productivo. Expresamos claramente que somos personas, que somos importantes y que tenemos derechos legítimos. Que no se nos puede romper el lomo de esta manera porque sin nuestro trabajo, ni el sistema se mueve, ni los beneficios empresariales se generarían.

¡Vivan los derechos y aspiraciones de la ciudadanía!

Alfonso Cortés González es vicedecano de la facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Málaga y profesor de Comunicación de las Instituciones Públicas
www.alfonsocortes.com

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Trío de ases

Artículo publicado en elplural.com
Enlace: http://www.elplural.com/2012/03/08/trio-de-ases/

Esta semana el PP ha ganado su hueco en la agenda mediática con tres perlas del despropósito político que son un trío de ases del juego sucio, la demagogia y la bajeza moral. Estas aberraciones a la inteligencia y al buen hacer político, que se les debe exigir a todos nuestros representantes, son las declaraciones de Montoro, de Arenas y de Gallardón.

El primero de ellos, ministro de Hacienda, con su peculiar forma de hablar, nos advierte que las empresas públicas son un nido de corruptelas, y que por tanto se va a favorecer su privatización. Claro, como si en la empresa privada no existiesen corruptelas (como las de Urdangarin), ni abusos de poder (como los de Díaz Ferrán con Marsans), ni enchufismo (en realidad estos mamoneos se dan mucho más en el sector privado por la sencilla razón de que tienen menos control, ya que cualquiera de nosotros podemos consultar las cuentas públicas al detalle, y no las del BBVA o las de Movistar, por poner dos ejemplos, aunque seamos buenos clientes). Lo que Montoro realmente ha querido decir, por tanto, es que las empresas públicas, que son de todos y están creadas para prestar servicios públicos y facilitar derechos, se van a vender a sus amiguitos, para que las corruptelas que ellos realmente quieren hacer, no puedan ser fiscalizadas ni conocidas por los ciudadanos. ¿Puede jugar más sucio un señor que tiene encomendada la noble tarea de ser ministro de España para defender los interesas del conjunto de de una sociedad?

En segundo lugar, Javier Arenas ha declarado esta semana que “se acabó el tiempo de los que llevan 30 años mandando”, en alusión al gobierno de la Junta de Andalucía (porque las comunidades eternamente gobernadas por el PP no cuentan en sus cuentas). Lo que a este tipo no le entra en su anacrónica cabeza es que en una Democracia no se manda, primero se han  de ganar unas elecciones limpias, y luego se debe gobernar (que no mandar), y ello consiste en consensuar y en pactar la actividad legislativa, integrando de la mejor manera posible los complejos, y muchas veces dispares, intereses de los distintos grupos que componen una sociedad. Esta visión autoritaria y dictatorial del poder que tiene Arenas es muy común en el PP, y cada vez que ganan elecciones, en lugar de ponerse a gobernar, se suben a su púlpito, se sacan la correa, y empiezan a mandar como vulgares cacicuchos rurales, supurando demagogia iletrada por cada uno de los enconados poros de sus cuerpos.

El tercer as del trío lo ha puesto sobre la mesa Gallardón, quien siendo ni más ni menos que ministro de Justicia, ha tenido la desvergüenza y la ofensiva osadía de afirmar que las mujeres se sienten obligadas a abortar por culpa de la actual ley del aborto. ¿Quién está siendo obligada a abortar? ¿Las monjitas salesianas o las comadres de misa diaria? ¿O quizás las queridas de ciertos jerarcas del clero que en sus tiempos iban a abortar a Londres, cuando todavía vivía Franco? Señor Gallardón, nadie aborta por gusto, y siempre es una decisión traumática y dolorosa. Señor Gallardón, una vez más ustedes demuestran que no entienden de Democracia y que confunden derechos con obligaciones (que es su único lenguaje, parece ser). Recuerdo aún cuando se legalizaron los matrimonios entre personas del mismo sexo, cuando muchos de vosotros dijisteis que eso era un atentado a la familia tradicional porque muchos padres heterosexuales se tendrían que casar con maricones. No sé si ustedes lo serán, pero sus argumentos son de auténticos capullos.

Cada uno de los siniestros personajes de esta terna ha sacado de su manga estos tres ases de la vileza política: el as de la demagogia, el as de la bajeza moral y el as del juego sucio. Trío de los ases peperos que esta semana, a pesar de haber ganado la mano informativa, espero no hagan historia y pronto caigan en el olvido. ¿Sería lícito y conveniente que ganasen la partida con estas cartas?

Alfonso Cortés González es vicedecano de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Málaga y profesor de Comunicación de las Instituciones Públicas.
www.alfonsocortes.com

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