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noviembre, 2010:

Alérgicos al derecho a la información y a la risa

Artículo publicado en elplural.com
Enlace: http://www.elplural.com/opinion/detail.php?id=53121

Médicamente está comprobado que los alérgicos al derecho a la información, y los que lo son a la risa, no forman parte de un mismo grupo homogéneo de personas, y que pueden darse cuadros de este tipo hasta en las mejores familias. A pesar de sus distintas procedencias biológicas y sus síntomas diferenciados, encontramos dos grupos de alérgenos que, frecuentemente en simbiosis, unen sus esfuerzos para debilitar las glándulas de los Derechos Fundamentales y del Humor de las personas. Los dos grupos de alérgenos, de este tipo, más frecuentes en la actualidad son la Iglesia Católica y el PP.

Estos alérgenos pueden inducir una reacción hipersensible en individuos que tengan una cierta predisposición alérgica a la libertad y al sentido del humor. Sin esa predisposición, infundada quizás por el miedo, por la tradición, por la ignorancia o por la mala leche, estos alérgenos tienen poco que hacer y el cuerpo será inmune a tales sintomatologías reaccionarias.

Se ha descrito el proceso desencadenante de estas alergias de muchas formas. En realidad, y aunque normalmente el individuo no sea consciente, su organismo detecta el alérgeno y lo reconoce como sustancia extraña. De ahí derivan, por ejemplo, las dudas de fe. En exposiciones posteriores, dada la tradición y la historia de nuestro país, el sistema inmunitario de la persona reacciona de forma excesiva (para librarse en realidad, aunque sin éxito, de alérgenos religiosos y políticos) lanzando bravuconadas ultraconservadoras, o queriendo que los Tribunales fallen contra la Libertad, sucesos que evidentemente alteran la homeostasis del sistema social democrático. Llegados a este punto, la alergia debe ser tratada médicamente.

Esta semana se han detectado dos casos muy claros de este tipo de alergia. En primer lugar, el PP ha conseguido hipersensibilizar a la Junta Electoral para que no se televise en debate CiU-PSC, cuestión que lesiona el derecho a la información de la ciudadanía, censurando el cara a cara entre los dos únicos políticos con posibilidades reales de ser President. Esto ha sido auspiciado por alérgeno denominado PP, que en lugar de colaborar con la Democracia ofreciéndose a que haya más debates en la televisión, en los que ellos podrían aparecer, hacen trampas rompiendo la baraja. No han actuado así cuando los debates son sólo Zapatero-Rajoy, lo que evidencia mala fe.

En segundo lugar, el alérgeno religioso ha provocado una reacción que ha derivado en una denuncia contra Buenafuente por hacer un chiste. Esperemos que a los tribunales no presenten también este cuadro médico, como les ha ocurrido a los señores de la Junta Electoral, y no sólo protejan la irrenunciable libertad de expresión, sino también el sano ejercicio del humor.

Los síntomas de esta alergia, que siempre ha existido, son actualmente más severos que nunca, ya que han conseguido hacer naufragar la necesaria investigación en nuestro país contra los asesinatos y desapariciones del franquismo, han puesto a Garzón contra las cuerdas y han paralizado la ley de Libertad Religiosa, por poner algunos ejemplos; y todo esto con un gobierno socialista (qué sería de nosotros si encima ellos gobernasen y acaparasen todos los estratos de poder).

Generalmente esta hipersensibilidad está predispuesta genéticamente en algunos individuos o familias, por tanto, si estima que un familiar (o un ser querido) puede estar sufriendo estos síntomas, sepa que además de los psiquiatras, los alergólogos están capacitados para tratar también el fundamentalismo.

Alfonso Cortés González es profesor de Comunicación y Sociedad en la Universidad de Málaga
www.alfonsocortes.com

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XII Foro de investigación en comunicación. La comunicación institucional.

Se celebrará en la Facultad de Comunicación de la Universidad Rey Juan Carlos los días 25 y 26 de noviembre de 2010.
Programa en pdf: http://www.ucm.es/info/fgu/descargas/formabypr/2010_xii_foro_investigacion_comunicacion.pdf

Hace once años, que el Departamento CAVP I, de la Facultad de Cc. de la Información, con el profesor Juan Benavides Delgado a la cabeza, comenzó la andadura del Ciclo de Otoño de Comunicación, con la esperanza y el apoyo explícito de la Primera Tenencia de Alcaldía del Ayuntamiento de Madrid, de la Fundación de la UCM y de Telefónica. El objetivo, estaba dirigido al estudio teórico y aplicado de la comunicación. Dentro de este Ciclo de Comunicación, nacía tres años más tarde el FORO DE INVESTIGACIÓN EN COMUNCACIÓN.

En este momento, se puede decir que tenemos en nuestras manos, la realidad de un proyecto formativo único y de inmensas posibilidades, tanto por su presencia en los medios de comunicación como en los propios ambientes universitarios (donde, por la difusión de los contenidos ya editados en forma de libros en el ámbito universitario se conoce como «Enciclopedia de la Comunicación».
De esta manera, tanto los alumnos de la Universidad Complutense, como de las otras universidades españolas participan de un modo directo en los proyectos, tienen además un ámbito exclusivo de participación, donde se discute críticamente, se prepara y oriente en el complejo ámbito de la comunicación, la docencia, la investigación y las profesiones.

Durante los once años de historia del Ciclo de Comunicación, se han repasado, debatido y actualizado prácticamente todas las grandes cuestiones de la comunicación presentes en el universo mediático durante estos últimos años.
Las ediciones del Foro Universitario de Investigación, responden a la presencia y colaboración directa de catorce universidades españolas. El Foro se incluye dentro del Ciclo de Comunicación y se ha convertido ya en un lugar de encuentro permanente entro los investigadores universitarios, docentes, alumnos de Tercer Ciclo y los propios profesionales de la comunicación.

 

Se celebrará en la Facultad de Comunicación de la Universidad Rey Juan Carlos los días 25 y 26 de noviembre de 2010.
Programa en pdf: http://www.ucm.es/info/fgu/descargas/formabypr/2010_xii_foro_investigacion_comunicacion.pdf

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PUBLICIDADE A FAVOR DE CAUSAS SOCIAIS E SEU USO NA CAMPANHA

Artículo de Márcio David Macedo da Silva publicado en Razón y Palabra, nº 74
Enlace a PDF: http://www.razonypalabra.org.mx/N/N74/VARIA74/07MacedoV74.pdf

Este trabalho trata da utilização da comunicação no campo de atuação do Terceiro Setor, como as Organizações Não-Governamentais a utilizam para construção de suas identidades e a introdução do conceito de publicidade a favor de causas sociais, como aquela que atende diretamente às necessidades de uma entidade assistencial, sem a promoção de algum produto comercial ou grupo empresarial. O objetivo é verificar as potencialidades de realização de campanhas publicitárias a título pro bono de empresas de comunicação para Organizações Não-Governamentais.
O processo metodológico utilizado foi o da pesquisa quantitativa (DUARTE, 2008) e da análise discursiva, na
perspectiva de Greimas (1975) e Floch (1993), utilizando como corpus duas peças publicitárias (audiovisual e impressa), de uma campanha publicitária realizada pela
Opus Multipla Comunicação Integrada para a CTDia – Comunidade Terapêutica Dia –
entidade social que trabalha com a recuperação de usuários de drogas, na cidade de
Curitiba/PR. 

Artículo de Márcio David Macedo da Silva publicado en Razón y Palabra, nº 74
Enlace a PDF: http://www.razonypalabra.org.mx/N/N74/VARIA74/07MacedoV74.pdf

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El nombre de las cosas

Artículo publicado en elplural.com
Enlace: http://www.elplural.com/opinion/detail.php?id=52682

Tomando las ideas de Lakoff (especialista en lingüística cognitiva), hay un aspecto fundamental en la estrategia del discurso político y periodístico que la izquierda y el progresismo tienen descuidado, y que la derecha, gracias al aporte ingente que la rancia tradición les aporta, maneja perfectamente. Hablo de los marcos conceptuales, de la capacidad de ponerle nombre a las cosas para que sus posturas sean más fácilmente defendibles.

He visto oportuno apuntar hoy estas reflexiones gracias a una anécdota con mi artículo de la semana pasada. En tal texto se decía que Rajoy se mojaba en lo que haría con el matrimonio homosexual, cuando originalmente yo quería decir matrimonio civil, pero que se cambió, supongo, para ser más claro ante los lectores.

Esto me hizo pensar: ¿por qué sustituimos matrimonio civil por homosexual cuando todos, independientemente de la sexualidad, religión o etnia, somos iguales ante la
Ley? Pues, porque los medios y líderes de opinión conservadores (asistidos como introduje por el peso de la tradición) han conseguido poner tal definición sobre la mesa, marcando así por tanto las reglas del juego dialéctico, y utilizarlas en su ventaja.

Por ello, creo que es conveniente llamar a las cosas por su nombre y romper esa trinchera emocional y lingüística en la que se fortifican los conservadores. De este modo, al matrimonio homosexual hay que llamarlo matrimonio civil, sin más floripondios, ya que la ley no reconoce más que un tipo de matrimonio.

Desde que se aprobó la última norma, todas las uniones matrimoniales son matrimonio (a secas), entonces ¿por qué ponerle la etiqueta de homosexual? ¿si se casan
personas que trabajan en Correos lo llamamos matrimonio postal? Como observamos, llamar matrimonio homosexual cuando dos personas del mismo sexo se casan, en lugar de matrimonio civil (hay sólo dos tipo: civil o religioso), marca ya una diferencia entre distintos tipos de matrimonio (cuando se ha conseguido superar tal discriminación diferenciadora con esta Ley), siendo esto inconstitucional ya que nadie puede ser discriminado por su condición sexual, religiosa o política. Esto hace que la Ley no penetre del todo en la cultura social, porque la definición de matrimonio homosexual frente a matrimonio civil goza de aceptación en la propia cultura social. La mejor manera de crear cultura es poniéndole nombre a las cosas, y estar de acuerdo en tales definiciones.

Siguiendo este ejercicio de llamar a las cosas coherentemente, encontramos un montón de imprecisiones conceptuales que pueblan los medios de comunicación (sean progresistas o conservadores) y, por tanto, la cultura popular. Por ejemplo, llamamos grupos provida a los colectivos antiabortistas, como si el resto de las personas fuéramos pro muerte (fijémonos qué grupos de personas son las que defienden la pena de muerte, y vemos lo paradójico del asunto).

Para referirnos a la Libertad Religiosa, están imponiendo la etiqueta de laicismo agresivo e incluso anticlericalismo, e incluso, se atreven (desde tribunas conservadoras) a torpedear las iniciativas que buscan ampliar derechos o proporcionar bienestar bajo el argumento y el reproche de “con la de cosas más importantes que hay que hacer, os dedicáis a los derechos de gays o al medioambiente”. Pues bien, si pensáramos todos así, nunca avanzaríamos porque nunca sería el momento apropiado, ya que la agenda política tiene la complejidad de que a lo programado, se le añaden miles de asuntos sobrevenidos. No obstante, siguiendo las enseñanzas de estos señores conservadores, y ante su indignación porque Zapatero no fue a la misa que ofició Joseph Ratzinger, podríamos responderles: “señores, hay cosas mucho más importantes y urgentes para un presidente que reunirse con un Papa”.

En conclusión, que ellos utilicen sus marcos conceptuales es lógico. Pero si nosotros también lo hacemos, estamos jugando con sus reglas y perdiendo puntos. Estemos atentos, por ende, y hagamos un favor civilizador hablando con propiedad y construyendo cultura con nuestro propio lenguaje. Si por el peso de la tradición hubiese sido, la tierra seguiría siendo plana, quemaríamos brujas en hogueras y sufriríamos el derecho de pernada. Seamos conscientes de ello.

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Politización de demandas, deliberación ciudanada y nuevas movilizaciones en el ciberespacio

Artículo de Jorge Resina de la Fuente, publicado en Razón y Palabra.
Acceso a PDF completo: http://www.razonypalabra.org.mx/N/N74/VARIA74/03ResinaV74.pdf

Las Nuevas Tecnologías de la Información y de la Comunicación (NTICs) están provocando notorios cambios en la naturaleza de conceptos clásicos como opinión pública, esfera pública o democracia deliberativa. De tal forma que los medios de comunicación en línea se han convertido en un importante espacio de socialización ciudadana y han generado un nuevo estilo de politización de demandas, mediante la
interconexión entre individuos y grupos que, a través de diversos foros, portales deinformación y blogs personales, deliberan y logran articular movilizaciones políticas, con un carácter cada vez más expresivo. Para el caso español, a pesar de no ser todavía una práctica generalizada, el uso politico de Internet es un fenómeno creciente, impulsado por los jóvenes y utilizado tanto por la derecha como por la izquierda.

Artículo de Jorge Resina de la Fuente, publicado en Razón y Palabra.
Acceso a PDF completo: http://www.razonypalabra.org.mx/N/N74/VARIA74/03ResinaV74.pdf

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La política del más o menos y la irresponsabilidad

Artículo publicado en elplural.com
Enlace: http://www.elplural.com/opinion/detail.php?id=52451

Esta semana Rajoy ha sorprendido, no por su habitual indeterminación y ambigüedad, sino porque por primera vez en su vida, ha dicho, más o menos, lo que quiere hacer si logra formar gobierno. Se ha mojado más en lo que haría con el matrimonio homosexual y la ley del aborto, y menos en la política económica y social.

Ha defendido que le gusta el modelo Cameron que está aplicando el premier británico, y que sería un ejemplo a seguir en España. Cuando se le pregunta si también despediría a 500.000 trabajadores públicos como en Gran Bretaña, con cierta apariencia de ignorancia osada, responde que no conoce el detalle del modelo de su admirado Cameron, cuando esos despidos son el titular destacado en toda la prensa internacional. Mariano empieza a decir lo que piensa, pero sólo más o menos, no vaya a ser que por equivocación, profundice alguna vez en el meollo de cualquier asunto.

Dice las cosas más o menos porque, cuando habla de las políticas de Cameron como modelo, escoge parcialmente algunas medidas, y deliberadamente esconde otras a sus electores. Por ello es conveniente preguntarle firmemente al señor Rajoy, qué sacrificios va a exigir a los españoles que no esté exigiendo férreamente ya el actual gobierno de Zapatero. Y que el señor Rajoy responda a esta pregunta es vital, ya que es charlatanería barata el vender un programa electoral, como está haciendo el PP desde la oposición, en el que con bajada de impuestos se recorte el déficit. Eso sólo se puede matemáticamente hacer (en la coyuntura económica actual) recortando brutalmente de todos sitios, incluida la sanidad y la educación, y a costa, claro está, de la calidad de vida de los habitantes de un país.

También es conveniente pedirle coherencia a Rajoy y los suyos, porque no se puede estar constantemente hablando de que quieren adelgazar el gasto de las Administraciones Públicas y luego, cuando el presidente Zapatero se reunió (es importante recordarlo) en 2009 con las Comunidades Autónomas para pactar una serie de recortes, fue Esperanza Aguirre la primera que se levantó de la mesa, y rompió las negociaciones. El PP se permite el lujo de ser tan incoherente e inconsistente ideológicamente porque su votante nunca le llama la atención y le exige responsabilidades, como si los Rajoy y Aguirre de cada día fueran infalibles y nunca errasen. Por su parte, cuando el PSOE se desvía (de manera intencionada o sobrevenida) de su programa electoral y de sus principios ideológicos, las urnas le dan un escarmiento.

El electorado del PP no suele castigar a su partido porque le falta coherencia ideológica y honestidad crítica hacia sus líderes políticos. Y esta actitud contribuye en gran parte a que el PP sea desgraciadamente como es. Por su parte, el votante progresista constantemente demuestra su desencanto y exigencia a sus representantes políticos dejándoles de votar. Este comportamiento del electorado español obliga a la izquierda a aprender constantemente de sus errores y a renovar sus discursos mientras estanca cómodamente a la derecha en un discurso idéntico y vacio por los siglos de los siglos.

Ahora bien, si el electorado conservador es incoherente y pueril, el progresista es puerilmente irresponsable, porque ante las adversidades (siendo la adversidad y el conflicto el medio ambiente natural de la izquierda, en tanto y en cuanto quiere transformar la sociedad haciéndola más justa y eso genera tensiones en distintos frentes), cuando llegan elecciones se quedan en su casa sin votar y sin tomar partido en la sociedad, en lugar de pedir de manera efectiva con el voto una manera de entender el mundo y contribuir a su construcción con este simple acto. Y esto ha pasado hace un par de días en EE.UU. también. Quiero decir que es muy sano, políticamente hablando, castigar electoralmente al partido que se ha votado, pero es al mismo tiempo muy peligroso no votar y dejar decidir a otros por mí.

En conclusión, mientras no cambiemos nuestra manera de entender la política, y nuestro nivel de exigencia y compromiso real con nuestras ideas y nuestros representantes de las mismas en los parlamentos, nuestros políticos, que salen de entre nosotros (no son de otro planeta ni de otra casta) seguirán siendo como constantemente nos quejamos: un reflejo de nosotros mismos. Es decir, del más o menos, o de achantarse ante las adversidades. ¿O acaso no nos damos cuenta de que entre todos construimos nuestro propio modelo social? La política del más o menos y la irresponsabilidad parecen ser dos rasgos de la manera contemporánea de vivir en sociedad.

Alfonso Cortés González es profesor de Comunicación y Sociedad en la Universidad de Málaga
www.alfonsocortes.com

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Respuesta al manifiesto neoliberal sobre las pensiones de los cien economistas (I)

Artículo de Vicenç Navarro publicado en elplural.com
Enlace: http://www.elplural.com/opinion/detail.php?id=52341

El 11 de octubre publiqué una crítica al manifiesto de los cien economistas (Propuestas de Fedea: Hacia un sistema público de pensiones sostenible, equitativo y transparente), quienes han propuesto toda una serie de medidas que, en la práctica, disminuirán las pensiones públicas a fin de salvar el sistema público de pensiones, que suponen inviable. Publiqué mi artículo “Los errores del manifiesto neoliberal sobre las pensiones de los cien economistas” en El Plural (11.10.10), artículo que fue ampliamente reproducido en las redes de comunicación digital. (Estos cien economistas, por cierto, son los mismos que propusieron abaratar el precio del despido como manera de resolver el problema del desempleo).

En mi artículo, que adjunto, señalaba los errores que el manifiesto contenía. El manifiesto basaba sus tesis de inviabilidad del sistema de pensiones en el hecho de que el gasto público en pensiones pasaría de ser un 9% del PIB ahora a un 15% en 2050, un porcentaje excesivamente alto –decía el manifiesto-, a todas luces excesivo. En mi crítica, señalaba y mostraba con datos empíricos, que aún cuando el porcentaje del gasto en pensiones aumentara seis puntos del PIB durante estos cuarenta años, el PIB crecería incluso más (sería 2.25 veces mayor que ahora), con lo cual, la tarta sería más del doble de la actual y, por lo tanto, habría más recursos para los no pensionistas y para los pensionistas. Añadía que de la misma manera que hace cuarenta años el gasto en pensiones era sólo 3% y ahora es 6 puntos más del PIB, sin que ello haya supuesto que tengamos ahora menos recursos para los pensionistas y para los no pensionistas, lo mismo ocurrirá dentro de cuarenta años. El cálculo de que el PIB sería en cuarenta años 2.25 veces mayor que ahora asumía que la productividad crecería un 1.5% por año (que es aproximadamente el promedio del crecimiento de la productividad durante los últimos cuarenta años). En realidad, es más que probable que el crecimiento sea mucho mayor debido a los enormes avances tecnológicos. Pero quería deliberadamente ser conservador en mis cifras para que no se me acusara de que estaba exagerando las cifras a mi favor.

En todas estas críticas, el lector verá que, como siempre hago en mis artículos, utilizo datos, sin retórica y, sobre todo, sin ningún insulto. Desde que volví del exilio estoy más que harto de la insolencia e insultos que caracterizan tanto al debate político como al académico español, y ello como consecuencia de una escasamente desarrollada cultura democrática.

El insulto como respuesta
Pues bien, uno de los que movilizaron más la colección de firmas de economistas en apoyo del manifiesto, y que tuvo mayor rol en la preparación del documento, el Sr. Jesús Fernández Villaverde, me contesta (sin citar mi nombre ni una vez) con todo tipo de insultos, característico de las derechas en este país. (Considero el neoliberalismo la ideología económica de las derechas en España) ¿Cuándo aprenderán a responder a las críticas sin insultar? Por regla general, no respondo a tal tipo de intervenciones –que se dan con gran frecuencia-, pero considero que la importancia del tema requiere responder, pues, en esta cultura, el silencio se malinterpreta como acuerdo o aceptación de la crítica.

En predecible estilo, el Sr. Jesús Fernández Villaverde (a partir de ahora JFV), me insulta, indicando que “no entiendo mucho de economía”. Procedo de una familia y de una cultura que desaprueba hablar de uno mismo. Pero como se me acusa de ignorante en economía, debo aclarar que he sido durante más de cuarenta años Catedrático de Políticas Públicas -un área de conocimiento que se basa en Ciencias Económicas y en Ciencias Políticas- en la The Johns Hopkins University (una de las mejores universidades de EEUU), habiendo sido propuesto como Catedrático Extraordinario de Economía Aplicada en la Universidad Complutense, y más tarde haber ganado, por oposición, una Cátedra de Economía Aplicada en la Universidad de Barcelona, y más tarde, otra, también por oposición, de Ciencias Políticas y Sociales (en la Universidad Pompeu Fabra) dirigiendo el programa conjunto en Políticas Públicas patrocinado por tal Universidad y por la The Johns Hopkins University, de la cual continúo siendo profesor. Y según el estudio de españoles más citados en la literatura científica internacional del Lauder Institute of Management and International Studies of the University of Pennsylvania, soy, junto con los economistas Jordi Galí y Andreu Más Colell, el economista (y en mi caso, también, politólogo) más citado en la literatura científica internacional. Pido disculpas al lector por esta nota biográfica, que es incómoda para mí escribirla, pero el nivel de mezquindad del que las derechas en este país son capaces es enorme. En lugar de referirse a los argumentos, intentan, siempre, sin ningún límite ético, atacar al que los realiza, mintiendo y falsificando información.

La importancia de la productividad en la sostenibilidad de las pensiones
Pero volvamos ahora a lo que es más importante: los argumentos. El manifiesto y JFV en su respuesta, minusvaloran el papel importante que para la sostenibilidad del sistema de pensiones tiene el crecimiento anual de la productividad, añadiendo, en un tono alarmista (que caracteriza al manifiesto y la respuesta de JFV), que “el crecimiento de la productividad de 1997 a 2007 fue prácticamente nulo”. Esto no es cierto. Según los datos de productividad comparables del conocido y respetado Groningen Growth and Development Center la productividad en España (productividad laboral por hora trabajada, labour productivity per hour worked) creció un 6.4% entre 1997 y 2007, y un 10% entre 1997 y 2009. Pero una manera mejor de ver las variaciones de la productividad es escoger cambios de periodos más largos, pues la gran variabilidad del crecimiento económico –con los altibajos que han caracterizado a la economía española- hace aconsejable que para ver los cambios de la productividad a largo plazo se consideren grandes periodos. Pues bien, entre 1979 y 2009, la productividad laboral horaria creció un 77%, lo cual es una cifra más que respetable. Y es de un pesimismo exagerado creerse que la productividad no aumentará en cifras comparables, o incluso mayores durante los próximos años.

La evolución de la productividad es un factor clave para saber si tendremos recursos para financiar las necesidades de la ciudadanía, incluyendo las pensiones. Hace cuarenta años se necesitaba que el 18% de la población adulta trabajara en la agricultura a fin de alimentar a toda la población española. Hoy, con sólo el 2% se produce más alimento que hace cuarenta años producía el 18%, y ello como consecuencia de que ahora un trabajador agrícola (debido al crecimiento de su productividad) hace lo que cuarenta años atrás hacían 9 trabajadores agrícolas. Fíjense el ridículo que hubiera significado que cien economistas hace cuarenta años hubieran alarmado a la población indicando que dentro de cuarenta años la población en España se moriría de hambre porque la gente que trabajaba en el campo estaba disminuyendo.

Pues bien, saquen alimento y pongan pensiones y verán lo ridículo de la aseveración que hacen los 100 economistas de que las pensiones no se podrán pagar dentro de cuarenta años porque disminuye el número de trabajadores por pensionista.

Más incoherencias en el manifiesto neoliberal de los cien
Pero lo que es incluso más incoherente, es que JFV afirme que el hecho de que en el 2050 el PIB será 2.25 veces mayor sea un hecho irrelevante. Encuentro esta afirmación sorprendente. Si es así, ¿por qué el manifiesto presenta como alarmante el hecho de que las pensiones serán el 15% del PIB en 2050? De no importarle el tamaño del PIB, entonces que se gaste 15% u 9% del PIB debiera también ser irrelevante. El hecho, sin embargo, es que, lejos de ser irrelevante, es un dato enormemente importante, porque si la sociedad es mucho más rica (como lo será), quiere decir que tendrá muchos más recursos para los no pensionistas así como para los pensionistas, de la misma manera que la España de hoy tiene muchos más recursos que los que tenía hace cuarenta años. Como he dicho antes, hoy nos gastamos más del triple del PIB en pensiones que hace cuarenta años, y ello no quiere decir que las pensiones sean peores o que haya menos recursos para los no pensionistas. Considerar como alarmante que dentro de cuarenta años nos gastemos un 15% del PIB y luego decir que el tamaño del PIB es irrelevante es una enorme incoherencia, para ponerlo de una manera amable.

El tema no es aumentar impuestos o no, sino cuándo y cómo se incrementan
Pero, parece que lo que preocupa más al manifiesto y a JFV es que el crecimiento de las pensiones públicas pase del 9% actual al 15% en 2050, lo cual significará una subida de 6 puntos del PIB en impuestos y cotizaciones sociales en cuarenta años, que duda que la economía pueda producir. De ahí que prefieran que no se suba este porcentaje (mediante una reducción muy notable de las pensiones) y que se retrasen las jubilaciones dos años más. Por lo visto, JFV no se da cuenta de que hacer que los trabajadores trabajen dos años más, significa un enorme aumento de los impuestos y cotizaciones sociales. La pregunta que debe hacerse es ¿qué prefiere la población: ir pagando estas cotizaciones, que irán aumentando, consecuencia del aumento del salario y de la productividad y jubilarse a los 65 años, o no incrementar sus cotizaciones sociales y en cambio retrasar la edad de jubilación en dos años, pagando impuestos y cotizaciones sociales por dos años más? O en otras palabras, ¿qué prefiere la población, que se vayan aumentando gradualmente las cotizaciones sociales (resultado del aumento de los salarios y de la productividad) durante cuarenta años y jubilarse a los 65 años, o recibir menos pensiones, retrasar la edad de jubilación dos años y continuar pagando impuestos y cotizaciones sociales durantes dos años más? Toda la información que tenemos apunta a que la población en la mayoría de países de la OCDE prefiere la primera solución.

El sesgo neoliberal en la definición de equidad
Pero donde JFV muestra mayor insensibilidad y reflejan su sesgo neoliberal es su definición de equidad y justicia, en el cual está ausente el concepto de solidaridad, no sólo intergeneracional (parece desconocer las encuestas que muestran que los hijos no desean que se recorten los beneficios laborales y sociales, incluyendo las pensiones de sus padres) sino de clase social. En realidad, sus propuestas incrementarían todavía más las enormes desigualdades que existen en los beneficios sociales (como las pensiones) por clase social. En España un burgués vive diez años más que un trabajador no cualificado con más de cinco años en paro. Y las pensiones del primero son más generosas que las del último. Es profundamente injusto que se obligue al último a trabajar dos años más para pagar las pensiones al burgués que le sobrevivirá diez años.

En EEUU, uno de los economistas que ha trabajado más en el tema pensiones, acaba de publicar un informe “The Impact of Income Distribution on the Lenght of Retirement”. “Center for Economic and Policy Research”. Oct. 2010, en el que muestra el crecimiento de la esperanza de vida en la población estadounidense por nivel de renta para distintas cohortes. Y muestra como la mayoría del crecimiento de la esperanza de vida a partir de los 70 años se ha concentrado en las rentas superiores, siendo tal crecimiento relativamente menor en las rentas inferiores. En realidad, Dean Baker muestra que para estas rentas, el alargamiento de la edad de jubilación a los 67 años significa una reducción considerable de tiempo de jubilación, de manera que tendrán un tiempo de jubilación incluso menor que sus abuelos,. No existen datos en España que hubieran permitido hacer estos estudios en cohortes por distintos periodos, pero es muy probable que la situación sea semejante, pues España es, junto con EEUU, el país que tiene mayores desigualdades de renta y mortalidad entre los países de la OCDE (el club de países más ricos del mundo).

Me extenderé en cada uno de estos puntos y otros en la respuesta al manifiesto de los cien economistas que Juan Torres, Catedrático de Economía de la Universidad de Sevilla y yo publicaremos en la colección Attac, continuación de un libro anterior, titulado “¿Están en peligro las pensiones públicas?”, ATTAC, 2010.

Una última observación. El manifiesto neoliberal de los cien economistas ha tenido una enorme visibilidad mediática en España, como consecuencia del enorme dominio que el pensamiento neoliberal tiene en la cultura mediática de los mayores medios de información y persuasión del país. He vivido en varios países (Suecia, Gran Bretaña y EEUU) a lo largo de mi exilio, y en ninguno hay tan escasa diversidad ideológica en los medios como en nuestro país, situación que adquiere dimensiones asfixiantes en los temas económicos. La falta de visibilidad de voces críticas de la sabiduría convencional es consecuencia de ello. En realidad la censura y marginación de estas voces es constante. De ahí lo injusto de la aseveración de Ignacio Sánchez Cuenca, que en su artículo “Sí, pero…”, de El País (28.10.10) haga la observación de que “resulta chocante que en España no tengamos un Krugman local”. Sánchez Cuenca ignora que los tenemos. España tiene excelentes economistas críticos del pensamiento neoliberal: Juan Torres, Catedrático de Economía de la Universidad de Sevilla; Carlos Berzosa, Catedrático de Economía de la Complutense, y Rector de aquella Universidad, y muchos otros, han criticado extensamente el dogma neoliberal. Pero están vetados en los medios de mayor difusión, en sus páginas económicas. Y es fácil comprobarlo. Miren el número de artículos que han aparecido en aquellos medios y verán que ni uno aparece con su firma, y no es porque no los hayan escrito. Decía Gramsci que el dominio de la burguesía se hacía a través de la hegemonía que el pensamiento burgués tiene en los medios que controlan, que son la mayoría. La visibilidad del manifiesto neoliberal, financiado y patrocinado por la banca (el grupo fáctico más poderoso del país) no se debe a su fortaleza intelectual (que es escasa), sino a que refleja aquella hegemonía en los medios que lo promueven.

La falta de visibilidad mediática de voces críticas refleja, no sólo la escasa diversidad ideológica de los mayores medios de difusión y persuasión, sino también su escasa cultura democrática. Y de ahí que por lo visto, incluso un académico tan conocedor de la realidad española, como el señor Sánchez Cuenca los desconozca.

Vicenç Navarro Catedrático de Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra, y Profesor de Public Policy. The Johns Hopkins University
www.vnavarro.org

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