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gobierno

El gobierno de Rajoy está agotado

Artículo publicado en elplural.com
Enlace: http://www.elplural.com/2012/04/12/el-gobierno-de-rajoy-esta-agotado/

Es cierto que los gobiernos no tienen la culpa exclusiva de todo lo que está pasando en Europa y en España con esta maldita crisis. Sin embargo, el gobierno de Mariano Rajoy se está convirtiendo en una parte importante del problema español, esto incluso, contra el pronóstico de la derecha europea, que confiaba en él hace cuatro meses, y que ahora trata de quitárselo de encima.

Y es tan problemática esta situación porque todas y cada una de las iniciativas que está llevando a cabo este gobierno, perjudican real y directamente a los intereses de España como país, y a sus habitantes como ciudadanos.

Nadie puede negar que un gobierno está intencionadamente perjudicando a su país cuando recorta la inversión en educación y en investigación, ya que sobre estas dos cuestiones se basa la única posibilidad de tener futuro (en el mundo, o competimos con conocimiento o lo hacemos con mano de obra). Por tanto, tenemos dos explicaciones ante tal despropósito: o bien el gobierno de Rajoy es un gobierno traidor con los propios intereses del país, o es estúpidamente cortoplacista, ya que sólo mira al cuadre de cuentas a cuatro años vista, para poder aprobar raspando en las urnas, aún a costa de expropiarnos de nuestro futuro. Si esto no es delito, debería serlo.

Puede ser cierto, por otra parte, que si recortamos estas partidas podemos equilibrar nuestras finanzas en dos o tres años, pero ¿Cómo competiremos frente a chinos o americanos cuando seamos un país intelectual y científicamente atrasado? Pues sólo se puede hacer mediante mano de obra no cualificada, tomar el papel que tienen ahora los países explotados.

¿Qué hacer entonces para ir recortando el déficit y no perder competitividad? Pues muy sencillo: Saldar la deuda en más tiempo, lo que haría innecesarios tantos recortes, y por tanto, ni subiría tanto el paro ni perderíamos tanto poder adquisitivo como sociedad. Esto lo hace cualquier familia, sin necesidad de tener ministros ni asesores interesados que vengan de Lehman Brothers, como tiene Rajoy.

Pongámonos en la situación de una familia de cuatro personas en la que trabaja el padre y la madre y tienen una hipoteca. El padre se queda en paro, y con la letra del piso, ya no queda dinero para pagar las clases de inglés de los niños, el material escolar, ni tampoco las gafas graduadas, que son un pico a la vez que vitales.

La familia puede hacer dos cosas, o dejar a sus hijos sin futuro recortándoles sus perspectivas formativas y su salud, o bien negociar con el banco y acordar que la hipoteca se le pagará en 15 años en lugar de en 10. Es cierto que habrá que pagar más intereses, pero sus hijos no verán comprometido su porvenir, y la vida de la familia podrá seguir más o menos su curso normal.

Rajoy está haciendo con el país, lo que un mal padre o un estúpido haría con su familia. Y no sigo hablando de las demás tropelías de este gobierno, como el perdón a los defraudadores o los recortes en materia de inspección fiscal, para no acabar el día malhumorado, lo que no es bueno para conciliar el sueño.

Rajoy ya está acabado, y como no se vaya a su casa, la que podría estar acabada sería nuestra querida España.

Alfonso cortés González es vicedecano de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Málaga y profesor de Comunicación de las Instituciones Públicas.
www.alfonsocortes.com

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¿Para quién gobierna Rajoy?

Artículo publicado en elplural.com
Enlace: http://www.elplural.com/2012/02/23/%c2%bfpara-quien-gobierna-rajoy/

En teoría, el sistema político de la Democracia Representativa funciona más o menos bien, si la gente identifica sus propios intereses con los intereses y aspiraciones reales de los políticos a los que votan. El Partido Popular recibió en las pasadas elecciones del 20N algo más de 10’8 millones de votos, lo que supone el 44% del electorado que fue a votar.

A pesar de que el señor Rajoy lleva muy poquito tiempo en La Moncloa, ya podemos entender cuáles son sus maneras de gobernar, sus intereses y sus prioridades. En este sentido la actualidad es muy reveladora y nos abre múltiples interrogantes que hablan por sí solos:

1. La policía carga contra estudiantes menores de edad definiéndoles como el enemigo. Es gravísimo que las fuerzas de seguridad de un estado democrático consideren enemiga a su propia población civil (eso es característico de las más terribles dictaduras). Se trata evidentemente de una consigna política, no sé si desde el propio Ministerio del Interior, o desde la Delegación del Gobierno u otro ámbito. Paralelo a esto nos encontramos con el manido discurso (que no cuela) de la ultraderecha pepera de que se trataba de radicales. ¿Qué es ser radical? ¿La fuerza que aplica la policía no debe ser proporcional a la potencial amenaza? ¿Iban armados los estudiantes del Instituto Lluís Vives? ¿Por qué no actuaba así la policía con el anterior Gobierno? ¿Disuelve la policía las manifestaciones abertzales tal como han disuelto la protesta de nuestros hijos?

2. El Gobierno democrático (de iure) legisla a golpe de mayoría absoluta sin activar los mecanismos legales de representación de la sociedad civil en la actividad legislativa. La democracia no consiste en elegir Gobierno autoritario cada cuatro años, sino que independientemente del color del Gobierno, la sociedad civil y los distintos grupos interesados en las diferentes materias sobre las que legislar, puedan aportar su grano de arena, sus preocupaciones e intereses a quienes tienen la potestad de gobernar. ¿Cómo es posible que un Gobierno autodenominado democrático cambié los temarios de las oposiciones públicas sin contar con la opinión de opositores, profesores, academias privadas y editores de manuales? ¿Cómo es posible que se reforme el derecho laboral sin tener en cuenta la problemática de los trabajadores y de las pequeñas empresas?

3. “Rescatan al banquero mientras desahucian al obrero”. El Gobierno está muy sensibilizado con las cuentas y salud financiera de los banqueros y magnates, mientras que recorta sueldos y derechos de los trabajadores. ¿Por qué un gobierno llamado popular permite que cientos de familias se queden sin techo donde dormir cuando cae la noche? ¿No deberíamos como sociedad rescatar al obrero y hacer pagar el especulador banquero por sus excesos?

Una de dos: o no funciona bien la democracia porque la gente vota lo que no le conviene, o España no está tan mal como nos hacen creer ya que tendríamos, si revisamos los datos electorales, alrededor de 11 millones de portentosos banqueros, rentistas y grandes empresarios. Vamos, la primera potencia financiera y económica del Universo.

Alfonso Cortés González es vicedecano de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Málaga y profesor de Comunicación de las Instituciones Públicas.
www.alfonsocortes.com

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