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febrero 25th, 2011:

golpes a la Democracia

Artículo publicado en elplural.com
Enlace: http://www.elplural.com/opinion/detail.php?id=56109

Aunque pueda parecerlo por el título de este artículo, en realidad no tengo ninguna intención de hablar del 23-F ni de establecer ningún tipo de paralelismo de la efeméride golpista con la actualidad. Lo que quiero inspirar es que la Democracia es algo que hay que cuidar y fomentar día a día, y qué más allá de propiciarle estos cuidados, lo que estamos haciendo con Ella (sin darnos cuenta, quizás) es golpearla desde distintos frentes. Estos frentes son, resumiendo, los siguientes:

El frente del individualismo, derivado de que no somos capaces de reconocer nuestros intereses de grupo (tiene mucho que ver el consumismo y sus resortes comunicativos), repercute en que cada vez más gente identifica como propios los intereses ajenos (por ejemplo, un profesor que confunde sus intereses con los de una petrolera). Fruto de esta distorsión, hemos perdido la conciencia de que realmente el desarrollo de la humanidad, se ha basado siempre en la cooperación y en el intercambio de conocimientos y experiencias entre las personas, y no en el sálvese quien pueda (o cada cual a lo suyo). Todo lo bueno que hemos construido los seres humanos (lo que realmente nos llena y nos llega adentro), ha necesitado y necesita (continuamente) el modesto granito de compromiso particular de cada uno de nosotros.

El frente del mercado, derivado del error de nuestros sistemas político-económicos de haber desarrollado en exceso el Mercado como centro y lógica de todo. Si la humanidad siempre hubiese tenido como referente la lógica especulativa actual, no se hubiese pisado la luna, no se hubiesen desarrollado las artes, y quizás ni siquiera existiría la civilización. El mercado es útil (no se puede negar), así como lo es por ejemplo el hígado para el cuerpo; pero un mercado hipertrofiado es igual de peligroso para el cuerpo social, que un hígado afectado por hepatitis para el cuerpo biológico, porque invade espacios de otros órganos vitales.

El frente de los partidos, es muy complejo, y va desde el atrincheramiento en las posturas políticas, hasta la benevolencia con la corrupción propia. Es evidente que donde existe una asociación de personas, existe el corrupto, pero es necesario que los partidos, como organizaciones que son, cierren el paso a los piratas, y sean capaces de dialogar y construir sociedad cooperativamente (dando ejemplo).

Por último, el frente de la inacción y desafección ciudadana (es el más importante porque es el resultado final de los anteriores, y cierra el círculo) hace que la gente no se implique políticamente, lo que en realidad tiene repercusiones políticas muy profundas, aunque suene contradictorio. Esto se traduce en que los espacios que dejamos las personas en el ámbito público, inevitablemente los ocupan otros actores (e intereses particulares), ya que el sistema social es incompatible con los vacíos.

Quienes se apropian de estos espacios sueltos que vamos desocupando, velarán y lucharán (lógica e incluso a veces legítimamente) por sus intereses y no por los nuestros. No se trata de ocupar la calle banalmente (como sugería el demagogo de González Pons) para pedir un sistema parlamentario que ya tenemos, sino de ocupar concienzudamente los espacios y responsabilidades que tenemos reconocidos por ley.

Lo más grave de todo es que de este modo y sin darnos cuenta, somos cómplices necesarios de esta realidad que permitimos y abominamos al mismo tiempo.

Alfonso Cortés González es profesor de Comunicación y Sociedad en la Universidad de Málaga

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